El funcionario dijo a la prensa que aún no está claro si son nacionales o extranjeros los que están involucrados en esa práctica. Sus declaraciones se dan luego de que en los últimos dí­as se registraron varios crí­menes en que pistoleros acribillaron a las ví­ctimas.

Mulino explicó que los asesinatos al estilo de sicarios tienen que ver principalmente con ajustes de cuentas y la violencia generada por el narcotráfico.

El funcionario dijo que el martes, acompañado por el director de la Policí­a Nacional, Gustavo Pérez, le informaron al presidente Ricardo Martinelli de que en lo que va del 2011 los homicidios han bajado un 22% respecto al año pasado, aunque le mencionaron que la «enorme» cantidad de drogas que se está incautando «casi siempre produce muertes violentas».

«La información que tenemos también es que en nuestro territorio se preparan sicarios. Yo no sé si panameños o extranjeros, pero ciertamente los homicidios que se han dado en forma violenta rompen parámetros», agregó.

Para el ministro, los delitos cometidos por sicarios son un problema que afecta el paí­s desde hace diez años. Este tipo de crí­menes impacta a un paí­s cuyas autoridades pregonan que es una de las naciones más pací­ficas y seguras de Centroamérica.

«Desde que comenzamos a ser un paí­s de consumo (de drogas, se generaron) las peleas entre las pandillas, los tumbes (robo de narcóticos), la violencia entre ellos y los ajustes de cuentas», señaló Mulino al responder una pregunta de la AP.

«El sicariato no es más que un mecanismo, un instrumento de ajuste de cuentas», añadió.

Panamá ha sido un eslabón tradicional para el trasiego de drogas desde Sudamérica a Norteamérica y Europa, según las autoridades. Pero en los últimos años mucha droga se queda en territorio panameño, agregan.

«Se está haciendo un esfuerzo grande» para combatir la criminalidad, según Mulino, quien asistió temprano a la graduación de cientos de nuevos miembros de la Policí­a Nacional.

Pero lamentó que mientras la policí­a trata de hacer su trabajo, los crí­menes se suceden en el paí­s.

«El que perdió 200 kilos va a pagar con la muerte; el que perdió una tonelada va a pagar con la muerte… en este negocio a nadie la dan un premio», señaló el funcionario.

Mencionó que en la actualidad el kilo de cocaí­na oscila en el mercado local entre 5.000 y 9.000 dólares. No precisó estadí­sticas sobre los asesinatos cometidos por sicarios.