Unas 22 personas mueren diariamente en accidentes de tránsito en Argentina, donde la imprudencia al volante es marca reconocida por expertos en el tema y conductores, en un país que tiene como uno de sus ídolos al quíntuple campeón mundial de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio.
El «país de Fangio», que se apresta a recibir desde el sábado al Rally Dakar –que se desarrollará aquí y en Chile, por carreteras de los Andes, las Pampas y la Patagonia– registró entre enero y agosto 5.427 muertes en accidentes viales.
Esa cifra equivale a 678 fallecidos por mes (contra 675 en 2007), o más de 22 por día, según los últimos datos de la asociación civil Luchemos por la Vida, especializada en el tema.
«La situación es muy grave en Argentina, tenemos una tasa de mortalidad con relación al número de vehículos en circulación que es entre siete y diez veces más alta que la mayoría de los países desarrollados, en particular europeos», dijo a la AFP Alberto Silveira, de Luchemos por la Vida.
Los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en los jóvenes menores de 35 años y la tercera en la población en general de Argentina, de acuerdo al informe de la entidad.
A la falta de prudencia de muchos conductores se suma la deficiente infraestructura vial de Argentina, que no se renueva a la altura del crecimiento del parque automotor.
Además, contribuye a la violación de las normas de tránsito la facilidad para adquirir un nuevo permiso de conducir en caso de retiro del mismo, al que se accede presentándose en una jurisdicción diversa, por la ausencia de un registro único de conductores en todo el país.
«Acá el sistema es muy «light», me basta ir a otra jurisdicción para obtener un nuevo permiso si me lo retiran en la mía, a veces me basta con hacer apenas unos kilómetros para obtener uno nuevo, ¡y a menor costo!», dijo Julio Bovio, del departamento de Seguridad Vial del Automóvil Club Argentino.
En Buenos Aires los autos atraviesan las avenidas como bólidos de la Fórmula 1, y el propio Fangio, el fallecido quíntuple campeón mundial de la categoría (1951/54/55/56/57) e ídolo deportivo argentino, alertaba sobre el poco respeto de sus compatriotas a las normas de tránsito.
«Los argentinos manejan muy bien pero conducen muy mal», le atribuyen haber dicho en una entrevista.
En el mismo sentido, Gustavo Brambati, del Centro de experimentación y seguridad vial (CESVI), dijo que «el conductor tipo es muy agresivo, muy poco respetuoso, y en general no tiene demasiada conciencia de eso».
«La mitad de los argentinos se creen Fangio, somos pilotos… o quisiéramos serlo, como él, lanzarnos a la pista mientras hacemos nuestro recorrido cotidiano», sostuvo por su parte Oscar Benítez, un taxista que trajina diariamente las calles de Buenos Aires.
El gobierno de Cristina Kirchner lanzó a inicios en 2008 un plan para reducir a la mitad en cinco años el número de muertos por accidentes viales, con la aplicación de controles y sanciones más severas, la instalación de radares en rutas y equipos de seguimiento de transporte público.
En tanto, en la capital se instalaron en 2008 controles de alcoholemia y a partir del 1 de enero pondrá en marcha un sistema de quita de puntos por infracciones graves, que podrá culminar con el retiro del permiso de conducir.
En la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito del país –que registró el índice más alto de accidentes fatales, con 2.091 muertos entre enero y agosto–, se inició una campaña que incluye la instalación de radares para controlar la velocidad excesiva en rutas.