James Doohan, que interpretó a Scotty en «Star Trek» (Viaje a las estrellas), pasó su carrera de actor recorriendo el cosmos. Gordon Cooper fue uno de los famosos astronautas estadounidenses del Mercury. Y Bob Shrake tuvo una vida laboral anónima que contribuyó el envío de naves espaciales de la NASA a otros planetas.
Ahora, los tres hombres que hicieron del espacio sus vidas lo eligieron para su descanso final. Sus cenizas, y las de otras 300 personas, fueron puestas en órbita el martes por el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, como parte de un negocio funerario en el espacio.
«Pensé, caramba, (Shrake) estaba realmente allá en el cielo, en el lugar donde su trabajo es usado», dijo en declaraciones telefónicas la hija del ingeniero, Robin Smith, que vive en la ciudad de Grapevine en el estado de Texas. La familia tuvo que pagarle unos miles de dólares a la empresa Celestis Inc., de Texas, para lograr su cometido.
Las cenizas fueron trasladadas en un recipiente especial que estaban en la segunda etapa del cohete Falcon que llevó una cápsula llena de suministros para la Estación Espacial Internacional. Aquella sección del cohete fue desprendido unos 10 minutos después del lanzamiento. El contenedor permanecerá en órbita durante casi un año y luego arderá cuando regrese a la Tierra.
Algunos de los que Celestis llama «participantes» en ese vuelo, que la empresa calificó de una misión de «nueva frontera», no tienen relación con el espacio.
Las cenizas de algunas personas en el vuelo del martes, incluidas las de Doohan y Cooper, fueron reenviadas al espacio luego de un intento fallido en 2008.
En vuelos anteriores fueron llevadas al espacio las cenizas de personas como el creador de «Star Trek» Gene Roddenberry y su esposa y actriz Majel Barrett, que estaba en la serie.