En octubre, para su honra y gloria


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Octubre da cabida en el país a tres eventos disímiles entre sí, pero coincidentes en nuestro suelo tradicional, costumbrista y mágico a la postre. A la cabeza el Día del Niño, para honrar a chicos, pequeños y gente menuda. Merecen en el albor de su existencia el mejor trato; su mejor regalo, que es el afecto familiar, debe prevalecer constante, cueste lo que cueste siempre.

Juan de Dios Rojas


Duelen los sentimientos hasta lo más profundo, sin embargo, qué enorme cifra pasan en blanco esa fecha. Todo lo contrario, sufren vejámenes increíbles de sus progenitores; son afectados por la infame desnutrición y el cruel abandono. Explotados moral y físicamente, hacen trabajos propicios de manos mayores, expuestos a peligros mortales, por ejemplo coheterías y más.

Todo el mes de octubre el templo de Santo Domingo, o Santuario Mayor del Rosario esplenden sus artísticas cortinas junto a decoraciones atractivas. Luces, ornamentos especiales forman grueso número de fieles devotos. Desde el amanecer hasta el anochecer. Generaciones una tras otra rinden a la Virgen del Rosario plegarias y súplicas intercesoras por sus necesidades.

En los alrededores es un ambiente que sirve de señal en el acto a negocios culinarios modernos, empero impiden la libre locomoción peatonal y vehicular. Algunos vecinos muestran malestar, entre tanto otros lo hacen plácidamente, en virtud también de su infaltable devoción del Rosario al habitar en las cercanías de Santo Domingo –que lo ha fundado– expresa un decir.
   
Una vez más evidencia el caso observable en actividades religiosas y profanas, que de todo hay en la Viña del Señor. Salen a relucir esas expresiones conductuales, favorables unas y desfavorables otras. En el caso de la tradicional visita a la venerable imagen mariana, es ocasión  evidente de observar dichos comportamientos diferentes en todo sentido, sin duda alguna.

La Revolución del 20 de octubre de 1944 arriba a su 69 aniversario glorioso y significativo en demasía. Aconteció el hecho que la población obtuviera beneficios de orden socioeconómico. Después de largas tiranías que lo mantuvieron sojuzgado totalmente, razón de peso para honrar dicho suceso de valía y trascendencia popular. De consiguiente, se evoca esa efeméride.

Aún después del correr del tiempo y de los años, continúa sostenida en la memoria de quienes fueron sus artífices, participantes y el pueblo favorecido que honra y enaltece tal acontecimiento nacional, admirado inclusive en el exterior, debido a la programática que sustentó el evento que perdura entre la ciudadanía que le brinde pleitesía sincera al acontecimiento.
   
Sigue en pie su motivación oportuna, considerada como respuesta  urgente y necesaria, misma que sacudió el país entero y continúa considerándose un hecho histórico a título de sustento que prosigue sus raíces y alcances, pero tiene detractores políticos a semejanza de actos de consecuencias positivas en el campo de la política, imposible no toquen el hecho a su manera.