Recientemente se ha celebrado el aniversario de nacimiento de uno de los músicos para prolíficos del siglo XVIII, Franz Joseph Haydn, nacido el 31 de marzo de 1732 y fallecido el 31 de mayo de 1809. Toda una vida consagrada a la música, con los resultados que muchos de alguna forma conocen.
Aunque los biógrafos en general afirman que Haydn nació en Austria, algunos discuten sus orígenes. El libro de Karl Geiringer, titulado “Haydn a creative life in music”, es un ejemplo de ello. La obra cita al etnólogo eslavo, doctor Franz Kuha? y al historiador húngaro Elemér Schwartz, quienes afirman que Haydn era croata y húngaro, respectivamente. “De hecho muchas de sus obras recuerdan o se asemejan a la música cultural croata. Haydn fue un típico compositor croata”, explica Kuha?.
Independientemente de su nacionalidad, hay un consenso compartido de que Haydn es uno de los compositores más prolíficos de todos los tiempos. En su haber se incluye 108 sinfonías; 68 cuartetos de cuerdas; 32 divertimentos para pequeña orquesta; 126 tríos para barítono, viola y chelo; 29 tríos para piano, violín y chelo; 21 tríos para dos violines y chelo.; 47 sonatas para piano; cerca de 20 óperas; 14 misas; y 6 oratorios.
Pero si usted cree que todo se le dio fácil al músico, se equivoca. Haydn fue hijo de padres humildes. No tuvo sofisticados estudios superiores y la música la aprendió siendo autodidacta. Soportó malos trabajos en sus inicios hasta que se colocó como director musical al servicio del Príncipe Pál Antal Esterházy. De ahí en adelante su suerte cambió.
Mozart declaró que había aprendido de Haydn cómo escribir cuartetos y en gratitud le dedicó seis trabajos a su “amado amigo”. Su fama se expandió por Europa a partir de 1760. Sin embargo, le tomó 30 años empezar a desarrollar un estilo personal y otros 20 más para alcanzar la madurez artística. Nada fácil para quien fusionó de forma maestra en sus composiciones elementos alemanes e italianos.
En búsqueda de una frase que pusiera fin a esta nota, me encontré con una atribuida a Jean-Baptiste Cartier que dice que si Dios hubiera querido hablarles a los hombres, lo habría hecho a través de la música de Haydn. Todo un homenaje al músico universal que hoy recordamos.