Gracias por los amigos…
Ahí mismo, José Luis  en la iglesia de su querido Cobán,  nos reunimos para el misario de sus nueve días.   Estaba presente, abrigada por el frío de la tarde y el frío del alma, Blanca, Luis José, que anda un poco mal de las vías respiratorias, Diego, sonriente y con su innegable dinámica, Rodrigo,  preparándose para salir  el lunes  al Zamorano. Y el resto de la familia. Y  por supuesto que no faltaron Andrés y el Diego  sumados a la actividad religiosa que busca confortarnos  cuando ya le extrañamos,  pero al mismo tiempo, sintiendo que no ha pasado nada y que usted  está por ahí, listo para mostrarnos otro  de los mágicos lugares de su tierra natal.
Pero… ya hace siete días que nos dejó. Su muerte nos ha sorprendido a todos, pero es evidente que el cáncer seguirá siendo el enemigo silencioso que mata de manera súbita, aunque en algunos casos hay  quienes logramos sobrevivir.
Sin embargo, como dice Ricardo, si lo olvidamos en verdad está muerto, de lo contrario seguirá presente, tenga por seguro que los Gatica González  no lo vamos a olvidar por las muchas cosas buenas de quien fue hijo responsable, esposo digno, padre dedicado y oficial del Ejército de Guatemala.  Quien defendió a la Patria en los momentos  que  lo requirió. Y les dio  a nuestros hijos respeto, cariño y la confianza suficiente para crecer junto a los Fernández Chenal con dignidad.
Ahora aquí en la iglesia de San  Martín, en donde usted con su familia vivieron  momentos especiales, lo recordamos con la certeza  que se encuentra en el lugar del descanso que al final de su larga jornada, como dijo el padre en la misa, Dios le preparó.
Sus compañeros de armas  estuvieron en su velatorio y en su entierro. Sin embargo, el Ejército, al cual  dio sus mejores años, ni se dio por aludido.  Venalidades,  José  Luis.
Claro que nos hubiéramos sentido orgullosos que  la Patria, por medio del Ejército, le rindieran el homenaje  que bien ganado tenía, pero se viven en Guatemala, momentos de confusión  y de abandono de parte de las autoridades. Qué se puede esperar… cuando no fueron siquiera capaces de rendir honores  a un ex presidente,  que supo no solo defender a la patria como usted, sino levantarla después del terremoto.