En la ex Berlí­n comunista, la religión está de regreso


La Iglesia de Getsemaní­, en Berlí­n, de nuevo abrió sus puertas, luego del largo letargo para las creencias religiosas en la capital alemana.

En la ex Berlí­n oriental –comunista– donde el ateí­smo imperó durante largo tiempo, comienzan a revivir algunas iglesias atrayendo a adultos jóvenes en la búsqueda de un espí­ritu comunitario.


«Experimentamos un crecimiento importante, tanto del número de fieles como de vocaciones», algo poco habitual hasta ahora en Berlí­n al igual que en Alemania, según el pastor Christian Zeiske, de la iglesia luterana de Getsemaní­, en el distrito berlinés de moda, de Prenzlauer Berg.

Cuando llegó aquí­ hace ocho años, la iglesia neo-gótica, construida en el siglo XIX, contaba con apenas 80 fieles, en su mayorí­a de avanzada edad.

Pero el arribo de numerosos padres jóvenes, que se han instalado en este antiguo distrito obrero, hoy habitado por burgueses-bohemios, ha dado nueva vida a su comunidad.

Muchas son las parejas venidas del oeste de Alemania que reanudan sus relaciones con la religión para hacerla conocer a sus hijos, reconoce el pastor Zeiske. Pero, cerca de la mitad de los cerca de 200 fieles con los que cuenta su iglesia son originarios de la ex Alemania comunista, en la búsqueda de nuevas convicciones o, simplemente, de un nuevo espí­ritu comunitario.

Para Tim Newbrander, un estadounidense que trabaja en el seno del grupo evangélico City Church Consulting, la religión ofrece a numerosos ex alemanes orientales un nuevo sentido de pertenencia, que habí­a perdido en los años que siguieron a la reunificación del paí­s en 1990.

«Cuando cayó el Muro de Berlí­n muchos perdieron ese sentimiento de pertenencia y de responsabiliad hacia el prójimo», según Tim Newbrander.

El éxito de la iglesia de Getsemaní­, que adaptó su liturgia para responder a las expectativas de los padres con sus pequeños hijos, se refleja asimismo en el seno de otras iglesias de Berlí­n este, tanto protestantes como católicas.

El cura Gerold Jí¤ger, de la iglesia Corazón de Jesús, en el distrito de Mitte (centro), ha registrado igualmente un aumento del número de sus fieles en el transcurso de los últimos años.

Este éxito es además notorio debido a que un estudio recientemente publicado por la Fundación Bertelsmann muestra que sólo 36% de los alemanes del este se dice religioso, frente a 78% de los alemanes del oeste.

La disminución de las vocaciones religiosas puede advertirse en toda Alemania. En la muy católica Baviera (sur) un cura sirve a cinco parroquias, y en los Estados regionales del este de Alemania las iglesias protestantes se ven obligadas a fusionar sus diócesis, a falta de fieles y de pastores.

«Cuando cayó el Muro de Berlí­n muchos perdieron ese sentimiento de pertenencia y de responsabiliad hacia el prójimo.»

Tim Newbrander

ciudadano berlinés