El fin de año termina con el recuento de lo realizado por cada persona, y el 2008 nacerá con los buenos propósitos de las personas para hacer en ese nuevo ciclo de vida. Muchos deseos y cosas por hacer vendrán; y una de esas cosas, usualmente, consiste en el propósito de leer más.
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Actualmente, en Guatemala, existen clubes de lectura que ayudan a las personas a mantener la disciplina de leer con constancia, además de ofrecer propuestas de libros, para luego exprimirles el contenido y encontrarles la riqueza de los significados entre varias personas que están en la misma sintonía.
De esa cuenta, Rosario Vidaurre, del Proyecto de Clubes de Lectura, se confiesa sobre su experiencia en este tipo de actividades en el año que está agonizando.
«Termina un año de actividades con el club de lectura con una magnífica cuantificación de lo realizado durante el mismo», manifiesta Vidaurre, quien coordinó dos clubes de lectura en este año, y tiene proyectado organizar al menos otros dos en el 2008.
Para Vidaurre, la gente a veces no conoce todas las alternativas de recreación que existen en torno a la lectura.
«Vienen retos enormes: la formación de otros clubes en sedes distintas al IGA de la misma manera en que logramos concretizar este año el Club de Lectores de Poesía en Piedra Santa; siguen en la lista: Casa del íguila, Alianza Francesa, por citar dos de las sedes más interesadas y decididas», reseñó la coordinadora de Clubes de Lectura.
Más grupos
La Biblioteca Ludwig von Misses, de la Universidad Francisco Marroquín, tiene varios grupos de lectura disponibles para quien tenga el interés. Estos grupos son dirigidos por Adelaida Loukota.
Existe un grupo que se reúne el segundo y el cuarto martes de cada mes, de 17:30 a 18:30, en donde se leen novelas históricas. Actualmente, están leyendo «De parte de la princesa muerta» de Kenizé Mourad, y luego leerán «Los pilares de la tierra» de Ken Follett. El promedio de lectura de este grupo es de 80 páginas a la semana.
Un segundo grupo se reúne los miércoles de cada semana, de 12:00 a 13:00 horas. Este grupo tiene mayor diversidad, pues leen cualquier tipo de novelas y cuentos. Los libros se eligen por votación. Recientemente, leyeron «El nombre de la rosa» de Umberto Eco, y se disponen a leer «Con pasión absoluta» de Carol Zardetto. De nuevo, el promedio de lectura es de 80 páginas. Como incentivo adicional, este grupo invita a los autores de los libros o expertos en el tema del libro que se está leyendo.
También, existe el Grupo Rand, que lee obras de la escritora estadounidense Ayn Rand; se reúnen semanalmente los jueves, de 17:30 a 18:30 horas. Su promedio de lectura es de 50 páginas semanales. Los tres grupos anteriores son gratuitos.
Por otra parte, existe también en la Universidad Francisco Marroquín un club de lectura en inglés. í‰ste tiene cuota de admisión de 200 quetzales al mes. Las reuniones son cada miércoles de 15:30 a 16:30 horas, dirigido a jóvenes entre 13 y 17 años. Este grupo es dirigido por Antoine Hodge.
Así que ahora no hay excusa para no leer; acuda a estos grupos y fortalezca este hábito, que ha sido catalogado como un verdadero acto de inteligencia.
http://www.clubdelectoresdelsabado.blogspot.com
www.clubdelecturalvm.wordpress.com
Opciones
Uno de los clubes de lectura organizados por Vidaurre, se reúne en la sede del IGA (Ruta 1 4-05 zona 4), los sábados, cada quince días, de 14:00 a 16:00 horas. Las actividades para el próximo año se inician el 12 de enero, en donde se comentará el libro «El vuelo del faisán herido» de Francisco Pérez de Antón. «Es nuestro primer libro de ensayos intentando diversificar las lecturas habiendo sondeado los intereses e inquietudes de los participantes», explicó
Otro club de lectura, sólo que enfocado en la poesía, se lleva a cabo en Educentro Piedra Santa (11 calle, entre 6ª. y 7ª. avenida, de la zona 1), los sábados, cada quince días, de 16:00 a 18:00 horas. Las actividades en el 2008 se inician el 19 de enero.
En ese club, no existe un libro obligatorio, sino que cada quien puede llevar el libro que desee, y comentarlo, o simplemente escuchar y opinar sobre los comentarios de los otros miembros del club.
«Todas nuestras reuniones son libres y el único requisito es pasar del dicho al hecho asistiendo a las reuniones, lo demás vendrá por añadidura y como parte de un proceso muy personal», explicó.