En el momento actual no existe la gratuidad


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El doctor Francisco Arredondo, designado para dirigir el Ministerio de Salud durante la administración de Otto Pérez Molina, se sienta en el sillón y con voz suave y pausada habla con La Hora acerca de su propósito de devolverle la credibilidad al sistema nacional de Salud. El próximo ministro cree que en cuatro años se podrá sentar las bases para que los guatemaltecos quieran recurrir, en primer lugar, a los hospitales nacionales y no a los centros privados y confí­a en que mejorará el sistema de salud “colapsado” que recibirá.

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ANDREA OROZCO
aorozco@lahora.com.gt

La Hora: ¿Cuál es su visión sobre la situación en que recibirá el sistema de Salud para su próxima gestión?
Francisco Arredondo: Es obvio. A través de los medios, a través de todo lo que hemos podido ver, que el sistema de Salud está prácticamente colapsado, con un desabastecimiento muy grande de medicinas, con compromisos laborales muy fuertes. El sistema de salud está muy mal. Tiene un desabastecimiento severo. Esa es una queja permanente de la gente. Hay una gran insatisfacción del guatemalteco que va al hospital y del guatemalteco que está adentro de los hospitales y no se siente bien con el sistema nacional de salud.  Ahora es muy frecuente oí­r a pacientes que se quejan de ser, desde que entran hasta que salen de un hospital, mal atendidos, tanto en actitud como en la carencia de medicamentos. Eso lo tenemos que resolver.

LH: ¿Cuáles serán las primeras acciones para hacer frente a la desnutrición crónica y aguda?
FA: Tenemos estadí­sticas locales e internacionales para informarnos, que nos señalan que tenemos una enorme cantidad de niños con desnutrición, hablan de un 50% de niños por debajo de 5 años, lo cual es terrible, severo e inaceptable. Nosotros estamos desde ya trabajando con la Unión Europea, que tiene planes de apoyo para la salud infantil y la salud materno infantil y se está empezando a desarrollas el modelo de la gestión por resultados. Esta gestión por resultados  permitirá tener una verdadera evaluación y una verdadera medición para que los fondos que se den repercutan en que los niños salgan de la desnutrición. Hay que recordar que este tema es integral; no corresponde únicamente al Ministerio de Salud, sino que tiene que ver con infraestructura, trabajo, acceso a oportunidad, acceso a agua potable. La visión dentro de la presidencia de Otto Pérez Molina es verlo de una forma integral. Hay cinco ejes que son transversales y están contemplados de una forma global.

LH: ¿Qué departamentos priorizará para combatir el flagelo del hambre?
FA: Tenemos que priorizar todos los departamentos de Guatemala. Sin embargo, sabemos que hay regiones que son más afectadas, por ejemplo el Altiplano: todo lo que es Quiché, Totonicapán, Huehuetenango, San Marcos, que tienen una mayor población infantil, pero también tenemos en el área de la Costa Sur, en Jutiapa, Chiquimula, Jocotán, que ha sido una de las áreas en donde siempre se ha señalado la desnutrición y, sin embargo, el problema continúa. Debemos tener una acción muy coordinada y medida para que no se quede en un anuncio propagandí­stico o en un uso de recursos sin llegar a tener los resultados deseados.

LH: ¿Qué metas se avizoran para el primer año y cuál es su meta al terminar los cuatro años de la gestión?
FA: Lo primero que tenemos que hacer y que se está haciendo ya en este periodo de transición es tener un conocimiento claro de la situación, porque pese a que se nos dice, no sabemos exactamente la situación de la deuda, si hay o no deuda flotante, etcétera. Entonces antes de tener un objetivo claro, lo primero que tenemos que tener es una situación verdaderamente auditada y sustentada de cómo se recibe la situación del paí­s. Para dentro de cuatro años yo quisiera que los guatemaltecos hayamos recobrado la credibilidad en nuestro sistema nacional de salud,  que cualquier ciudadano, no importa su condición social o económica pueda ir a un hospital y recibir el mejor servicio. Este no es un servicio regalado, que ha sido el concepto equivocado, este es un servicio que está pagado con trabajo y los impuestos de todos los guatemaltecos. Es un servicio prepagado realmente, así­ que quiero quitarle ese marco de que es el último de los recursos, cuando al revés, es una verdadera obligación del Gobierno dar un servicio de calidad.

LH: ¿Cómo mejorará los servicios de los hospitales nacionales y cuánto tiempo le llevará?
FA: Tenemos que habilitar inmediatamente la red de servicio primario y hospitalario que actualmente está completamente en ruinas. El general Otto Pérez Molina ha declarado que determinará una emergencia nacional en el área de salud, lo que por un lado nos permite una mayor agilidad en la compra de medicamentos, permite la optimización de los recursos, convocar a otras entidades de salud como el Seguro Social, las municipalidades, el Hospital Militar, para que conjuguemos esfuerzo para evitar la duplicidad. Este 16 (de noviembre) quedó instalado el Consejo Nacional de Salud que tiene como función la rectorí­a del Ministerio para lograr este objetivo. No es sencillo; definitivamente debió haberse hecho hace muchos años y llevará algún tiempo implementar, pero en eso se va a trabajar. Luego la optimización de los recursos existentes. Estoy pidiendo al ministro de Salud actual que congele nombramientos de plazas como asesores, consultores, los cuales podrí­an existir innecesariamente y queremos evitar que cantidades grandes de dinero se vayan a áreas que no son prioritarias. Queremos que hasta el último centavo que podamos tener se vaya en atender al paciente que llega a un puesto de salud, a un Centro de Salud y a un hospital.

LH: Según su percepción. ¿Es real la gratuidad en el servicio de salud y que hay de la calidad del servicio?
FA: La gratuidad está establecida en la Ley y en el Código de Salud y es algo a lo que el gobierno  de Otto Pérez Molina está comprometido a seguir dando. Si vamos al momento actual, (la gratuidad) no es real, porque cuando el paciente llega no encuentra disponibilidad de personal, de médicos y mucho menos de recursos para diagnósticos o medicamentos. Lo que creo que sucedió es que existió la intención de hacerlo, se hizo un plan un poco mediático de que se ofrecí­a, pero no se acompañó del plan financiero y del plan gerencial para hacer que esto verdaderamente suceda. Se dan datos de que las consultas externas se triplicaron o cuadruplicaron, pero lo que se triplicó o cuadruplicó fue la insatisfacción también de las personas que a pesar de todo salí­an con las manos vací­as o molestos por el tipo de servicio.
Estamos en la lí­nea de que la gratuidad debe continuar, pero esa gratuidad está relacionada con un servicio excelente, con un tratamiento con mucho respeto, con dignidad para el guatemalteco que llega a recibir este servicio.

LH: ¿El salario de los médicos es justo y acorde a la preparación que tienen?
FA: Definitivamente será necesario revisar toda la parte de escalas salariales. Los médicos tienen aproximadamente mil quetzales por hora, lo cual, si lo vemos contra el tiempo que le ha llevado estudiar y la especialización, este no es suficiente. Debemos buscar las formas de mejorar esas compensaciones laborales a todos los niveles, pero esto debe ir de la mano con una reingenierí­a del servicio, con una reingenierí­a de la asignación de los recursos y, sobre todo, de asegurar el financiamiento correcto, tenemos que quitar todo gasto que sea superfluo, que no tenga una función y concentrarla en esos rubros. Y por parte del personal de salud debemos esperar el cumplimiento de sus salarios, sus funciones, la entrega al servicio de salud de los guatemaltecos. Parte de nuestra visión es que se tenga una educación médica continua. Los colegas si tienen la capacitación y hay que seguir trabajando en su capacitación y también darle la remuneración que sea conveniente y factible.

LH: ¿Ha tenido acercamientos con los sindicalistas y conoce las peticiones que tienen? ¿Son adecuados y cumplibles los arreglos a que se llegó en el pacto colectivo?
FA: Se tomó la decisión con el Partido Patriota y como funcionarios no nombrados, pero en un proceso de transición, de actuar con el Frente Nacional de Lucha  y llegamos a un acuerdo a través del cual se logró parar que cierren las consultas externas y que cierren los caminos a la locomoción a través de un diálogo franco y abierto. Esto se logró con el compromiso de parte nuestra de buscar la resolución del problema. El acuerdo con los sindicalistas es un avance importante porque este gobierno que termina ha tenido un enfrentamiento permanente con ellos y eso no va en favor de la gobernabilidad del paí­s y no va en favor del paciente. Con el compromiso que hemos asumido vamos a tener gobernabilidad y el mismo paciente va a empezar a notar una atmosfera diferente en el ministerio de Salud, en todas sus áreas.

LH: ¿Cómo garantizará el suministro de medicamentos en los hospitales?
FA: Tenemos que hablar muy francamente y abiertamente con los proveedores, creo que es posible llegar a un diálogo con ellos para que nos apoyen y así­ empecemos, por ejemplo el 14 de enero,  con hospitales que tengan provisión suficiente, que estén listos para operar, con Centros de Salud que estén muy habilitados. Nuestra garantí­a verdaderamente es tener el suficiente presupuesto porque las empresas farmacéuticas, tanto nacionales como internacionales, pueden tener una muy buena voluntad y creo que muchas de estas van a apoyar, pero también necesitan tener un reconocimiento económico por lo que están ofreciendo.
Se habla mucho también del robo de medicamentos, el mal uso de medicinas o recursos y esa es una lucha que vamos a hacer inmediatamente para evitar que se produzcan. Robarle al pueblo en cualquier forma verdaderamente es un crimen y ya hemos hablado con la sociedad civil, con los trabajadores, sindicalistas, para que podamos tener una administración transparente y si sabemos de casos de corrupción interna todos juntos la debemos combatir.

LH: ¿Hace unos meses, bajo un estado de Emergencia se compró inmunoglobulina anómalamente, cómo se garantiza que esto no pase y aún sin que haya un Estado de excepción?
FA: Definitivamente la compra de medicamentos es uno de los puntos más neurálgicos que existen. Ahí­ hay muchos intereses y es donde más se mueven las grandes cantidades de dinero y se ha tildado por la opacidad que tienen. Uno de los objetivos fundamentales es la cero corrupción y una eficiencia adecuada. Cuando hablamos de una emergencia nacional, aunque se pueda comprar medicamentos de una forma más ágil no estamos buscando saltar ningún procedimiento. Simplemente hacerlos mucho más funcionales. La única forma en que nosotros podemos garantizar que sea el medicamento requerido, al precio requerido es siguiendo el debido proceso. También existe la compra de medicamentos en general para la salud pública, el Seguro Social y el Hospital Militar, que son los principales compradores, y que se hace a través de juntas calificadoras, mismas que son integradas por personas del ministerio de Finanzas. Lo que tenemos que hacer es tener claridad, que todas las partes quieran hacer una diferencia en una administración sin favoritismo, sin negociaciones ni aguas turbias si no que busquemos el medicamento más adecuado, con calidad y al precio justo.

LH: ¿Buscará un aumento en el presupuesto de la cartera y para qué se utilizarí­a?
FA: En este momento el presupuesto de la cartera está desfinanciado. Viendo las necesidades reales y para estar en un punto de equilibrio, el presupuesto debe estar en unos Q100 mil millones. Estamos empezando casi con Q2 mil menos. La lucha permanente va a ser trabajar con el Congreso y con las organizaciones que tengan que ver con el presupuesto y con Finanzas para la búsqueda de más recursos. Estamos empezando con falta de recursos y lo que se consiga va a ser solo para mantener funcionando, pero no para dar un paso a la mejorí­a. Claro que con una Gerencia mucho más efectiva y eficiente podemos cambiar muchas cosas que están sucediendo equivocadamente. La lucha para conseguir más presupuesto es permanente, no solamente para salud, debe serlo para educación, para todos los aspectos de la gestión gubernamental, el Congreso tendrá que hacer su análisis, habrá que hacer una readecuación de los ingresos fiscales, pero esto ya sale del ministerio de Finanzas. El problema que existe con la estructuración del presupuesto del ministerio de Salud ya casi se llenó y aunque hay fondos, la diferencia no tiene asignación presupuestaria que no permite que se utilicen, entonces vamos a buscar tener una ampliación de techo presupuestario para poder utilizar los fondos que ya hay.

LH: ¿Cómo califica la gestión de Ludwig Ovalle?
FA: Yo no creo tener ninguna autoridad para calificar su gestión. Como ciudadanos todos podemos hacernos una opinión. Afortunadamente los medios ahora tienen una gran amplitud y nos informan constantemente, y creo que cada guatemalteco debe juzgarlo y evaluarlo. Nosotros lo que podemos medir en su momento son los resultados; ver desnutrición si ha cambiado verdaderamente, si ha habido programas que han mejorado o si no lo han hecho. Entiendo que hay programas que aparentemente han tenido resultados positivos, el dengue, algunas inmunizaciones.  Yo en lugar de juzgar personas en sí­, juzgarí­a administraciones y resultados, todo esto bajo la luz de superar lo que no se ha hecho adecuadamente, enmendarlo y tener un mejor rendimiento.

“Tenemos que habilitar inmediatamente la red de servicio primario y hospitalario que actualmente está completamente en ruinas”.

“Queremos que hasta el último centavo que podamos tener se vaya en atender al paciente que llega a un puesto de salud, a un Centro de Salud y a un hospital”.

“…esa gratuidad está relacionada con un servicio excelente, con un tratamiento con mucho respeto, con dignidad para el guatemalteco que llega a recibir este servicio”.

“Debemos buscar las formas de mejorar esas compensaciones laborales a todos los niveles, pero esto debe ir de la mano con una reingenierí­a del servicio”.