En el ejemplo de Cristo a la muchedumbre que intentaba linchar a Magdalena por ejercer el oficio más antiguo del mundo, nadie se atrevió a lanzar la primera piedra; esto ocurre en el Congreso con el escándalo del cual se sirven los moralistas y legalistas por haber depositado 82 millones en una empresa financiera que daría un interés del nueve por ciento anual. Anteriormente lo hicieron José Efraín Ríos Montt y Darío Morales y nadie protestó por esto, ahora que el doctor Eduardo Meyer Maldonado lo hizo saltan todos contra él. Esos intereses servirían para invertir en el funcionamiento del Parlamento, dado que los diputados todos tienen una secretaria que paga el Congreso, aunque el 90 por ciento apenas saben leer y escribir; como diría Cantinflas, varios de ellos pueden poner su «huella vegetal».
El doctor Eduardo Meyer Maldonado es hijo del coronel Pedro Meyer Aragón, militar con una hoja brillante en el Ejército, y la culta dama, maestra quezalteca, Berta Maldonado, padres honorables y decentes, de trayectoria intachable en la sociedad. Ha ocupado cargos importantes en la Usac y en otras entidades, desempeñando los cargos con dignidad, capacidad y decoro.
Al haber decidido tomar un permiso de dos meses sin goce de sueldo dejó libre la investigación de la supuesta anomalía para no interferir en la investigación de oficio que hace el Ministerio Público en forma normal. Al pasar este tiempo se sabrá la verdad y entonces sabremos quién tiene la razón; a la llamada oposición hay que preguntarles qué proyectos, iniciativas de ley o intervenciones han hecho; los diputados moralmente están inhabilitados para hablar de decencia y justicia, ya que cobran sueldos, viáticos y otros sin hacer nada, esto es cobrar por algo que no hacen, ya que el pueblo les paga con sus impuestos. Hacen de una pulga un elefante ¿Por qué no se reducen los sueldos? Son lobos de la misma loma, el pueblo les dio la respuesta en las elecciones, más de doscientos mil votos dieron a la UNE la victoria. El pueblo les demostró que no quiere mano dura y la violencia se combate con inteligencia, el hambre no se sacia a palos, patadas o plomazos. Roxana Baldetti, de trayectoria pasada obscura y presente torpe y sucia, no puede negar que fue censora de Prensa en tiempos de Peralta Azurdia, violando en toda forma la libre expresión del pensamiento. El esposo se divorció de ella sospechando amoríos con Otto Pérez Molina, compró una granja en el sur valorada en cuatro millones y medio y si un diputado gana en los cuatro años tres millones novecientos noventa y cuatro mil quetzales ¿de dónde sacó el pisto? El león juzga por su condición. En los cuatro años que pasó de diputada ¿con qué pagó alquileres, agua, luz, pasajes, comida y medicinas? El periodista valiente, inteligente y aguerrido don Clemente Marroquín Rojas denunció en el Diario La Hora la tirada al mar en aviones de la FAG de los líderes del PGT y otros ciudadanos de la oposición de su tiempo. Ella trata de vestirse de primera comunión. De los demás diputados no hay nada que decir, ya que han sido ineptos y tratan de asustar con el petate del muerto. Uno de ellos declaró que las protestas populares pacíficas y sin armas debían prohibirse. Poco le faltó como lo hiciera el general español famoso, que al no tener argumentos en una discusión vociferó «Â¡muera la inteligencia!» y con ello se inmortalizó en la historia. Este diputado ignora la Constitución.
¿Amnesia, ignorancia o incapacidad? Estos disfrutan del hartazgo del poder. Recientemente aprobaron un punto disolutivo que viola la Constitución al pretender destituir a un magistrado de la Corte Suprema de Justicia por edad basados en una ley ordinaria que es nula ipso jure por restringir la norma suprema sin fundamento legal, con estos podemos esperar una ley de reforma agraria para parcelar la Luna y las estrellas. Cosas veredes, Sancho, amigo dijo Don Quijote de la Mancha.