El «Comandante Cero» sale en defensa de su antiguo enemigo Ortega en Nicaragua.
El ex guerrillero nicaragí¼ense Edén Pastora, quien combatió con las armas al gobierno revolucionario sandinista en la década de 1980, salió en defensa del presidente Daniel Ortega, negando que actúe como dictador, y dijo que las cuestionadas elecciones municipales fueron limpias.
«En estas elecciones la aristocracia dice que hubo fraude contrariando a sus magistrados, a sus propios presidentes de mesa (de votación) y a sus fiscales, que no impugnaron una sola mesa», dijo Pastora.
«La misma clase que en Venezuela grita que el presidente (Hugo) Chávez es un tirano, aunque él acaba de demostrar al mundo las elecciones más limpias, a Daniel le está diciendo que es un dictador, sin (que haya) un preso político, sin exilio, sin un periódico clausurado», expresó el legendario «Comandante Cero» de la lucha guerrillera contra el dictador Anastasio Somoza.
Pero «el pueblo se está dando cuenta de que Daniel está haciendo una revolución que beneficia a los más pobres en libertad y democracia», agregó.
Pastora saltó a la fama en 1978 cuando comandó un audaz asalto guerrillero al Palacio Nacional en Managua, que erosionó al régimen de Somoza y permitió la liberación de decenas de militantes del Frente Sandinista presos, a cambio de los rehenes capturados, entre ellos parientes del dictador.
Fue viceministro tras el triunfo de la revolución en 1979, pero pronto dejó el gobierno que encabezaba Ortega -disconforme con su alineación con Cuba y la Unión Soviética- y tomó las armas nuevamente, ahora para combatir al régimen sandinista, al mismo tiempo que los «contras» financiados por Estados Unidos.
«Combatí los errores políticos y morales que pusieron en peligro al estado revolucionario, con un fusil en la mano, dirigiendo a miles de hombres. Ahora (que Ortega) lo está haciendo (bien), sería inconsecuente contra todo lo que yo decía» si lo criticara, indicó.
«Ahora dicen que es tirano, que hay dictadura, que se robó las elecciones, pero los magistrados liberales en el Consejo Supremo Electoral y todos sus fiscales no impugnaron» la votación, afirmó.
Pastora hizo hace un tiempo las paces con Ortega, quien lo puso a cargo del plan para dragar el río San Juan, fronterizo con Costa Rica, zona que conoce muy bien porque allí desarrolló por años su acción guerrillera y, en tiempos de paz, proyectos de turismo.
Aunque se declara de «centro», Pastora fustigó a los líderes del opositor Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), quienes transitaron hacia posturas centristas tras abandonar el Frente Sandinista.
«Cuando (los sandinistas) trataron de hacer un gobierno marxista-leninista yo los combatí. En esa época estaban en el Frente todos los del MRS», dijo.
«Los del MRS eran revolucionarios cuando no tenían nada, ahora que tienen haciendas, café, ganado, están contra el Frente. Eso es lo que está pasando en Nicaragua», añadió.
«Antes la guerra era en el campo, a balazos, cuando Somoza y el Frente hacían la madre de la dictaduras, pero ahora en libertad y democracia, la guerra se hace en los medios», dijo.
El 10 de noviembre, manifestantes opositores que denunciaban irregularidades en los comicios apedrearon la casa de Pastora, quien los repelió disparando un fusil al aire. Desde entonces tiene guardia policial en su hogar.
Pastora negó ser «mujeriego», pese a que tuvo 21 hijos con 10 mujeres diferentes, «cuatro esposas y seis romances».
«No soy mujeriego, soy preñador», dijo, argumentando que sus relaciones estuvieron marcados por su vida de guerrillero, pues era complicado conseguir condones o píldoras anticonceptivas en la selva, y destacó que nunca indujo a abortar a sus parejas.