«La cruz pertenece a la iconografía pop, como el corazón o la estrella. Para mí, es un símbolo exento de referencias religiosas. Warhol hizo muchas obras con crucifijos, corazones y estrellas. El crucifijo es un elemento más de la cultura pop. Y como tal, mi piace molto».
Pedro Almodóvar está estos días en Italia promocionando Los abrazos rotos, que se estrena el viernes en 300 cines del país. El sábado, en Roma, el director se fotografió junto a Penélope Cruz en la Fontana di Trevi, rememorando La dolce vita, entre la excitación de turistas y fans. Después, en una conferencia de prensa masiva, ambos dieron una exhibición de compenetración y buen humor. «Somos una pareja feliz, y siempre nos decimos la verdad», dijo Almodóvar sobre su relación con Cruz.
Como en la película aparecen algunos crucifijos, Almodóvar no tuvo reparo en comentar la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, muy objetada en Italia, que considera que el símbolo del catolicismo en las escuelas es ofensivo para los padres y alumnos no católicos. «En el filme son un elemento narrativo más; los que salen los compré en México y en el Caribe», explicó. Y entrando en materia, añadió lo del icono pop, y dijo: «No sé cómo es la situación en los colegios de Italia, pero en España la escuela es multiétnica y multirreligiosa y hemos tenido ese problema. Si se pone la cruz, habría que poner todos los demás símbolos religiosos, así que mejor no poner ninguno. En algunos sitios los han quitado y en otros no, según la ideología de los padres».
Durante su estancia, el director ha preferido no hablar de Silvio Berlusconi, aunque algunos han utilizado el adjetivo almodovariano al glosar los escándalos sexuales. Informado, Almodóvar ironizó: «Me gustaría no tener ninguna relación con los escándalos que suceden en Italia, España u otros sitios, aunque tampoco pretendo que mi nombre se asocie solamente con hechos extraordinarios».