En contra de bancos minoristas



La Comisión Europea volvió a la carga hoy por las trabas a la libre competencia en el sector europeo de los bancos minoristas, cuestionando por primera vez a las cajas de ahorro y las entidades bancarias cooperativas.

Tras una investigación de un año y medio de duración, se reveló «la existencia de numerosos obstáculos a la libre competencia que encarecen inútilmente el costo de los servicios bancarios minoristas para las empresas y los consumidores», afirmó la comisarí­a europea de Competencia, Neeli Kroes.

Kroes denunció incluso que en muchos Estados miembros de la Unión Europea, los consumidores eran lisa y llanamente «saqueados».

«La Comisión no dudará en iniciar las acciones disciplinarias apropiadas» caso por caso, por ejemplo contra las redes bancarias que imponen comisiones injustificables para transacciones con tarjeta bancaria, advirtió Kroes.

En efecto, Bruselas remarcó «diferencias sustanciales» entre un Estado miembro y otro en lo que concierne a esas comisiones interbancarias.

En ese sentido, las comisiones percibidas en 2004 por las tarjetas Visa y Mastercard en Portugal eran dos veces más elevadas que las retenidas en Eslovaquia.

Las mismas disparidades surgieron en las comisiones reclamadas a los comerciantes, tres veces más elevadas en Portugal y República Checa que en Finlandia o Italia.

Según la Federación Bancaria Francesa (FBF) esas diferencias en la banca minorista europea responden a «factores históricos y culturales y, sobre todo, a diferencias en situaciones legislativas y reglamentarias nacionales».

Si la Comisión reconoce estas tradiciones, estima de todos modos que «diferencias de este orden podrí­an explicarse más bien por obstáculos a la competencia».

Si el tono de Bruselas fue crí­tico, su nivel no alcanzó el de abril de 2006, cuando Kroes habí­a denunciado con virulencia las ganancias «escandalosas» obtenidas a partir de las tarjetas bancarias.

«No pedimos una abolición de las comisiones interbancarias», garantizó Kroes, pero «queremos verificar que son conformes a la ley europea de compentencia».

Según la comisaria, esas comisiones deber ser establecidas de manera más equitativa y transparente, porque «sin saberlo, el consumidor ya paga por esas comisiones pero ese costo se le oculta».

Además de esta carga contra las tarjetas bancarias demasiado caras, la Comisión reiteró las denuncias formuladas el año pasado: mercados fragmentados al amparo de las fronteras nacionales, obstáculos a la llegada de nuevos competidores, ventas vinculadas de productos bancarias y movilidad de los clientes limitada por gastos de cierre de cuenta elevado.

Sin embargo, una nueva amenaza fue agitada el miércoles contra el sector bancario.

En su informe, la Comisión denunció por primera vez la colaboración a veces demasiado estrecha entre ciertos establecimientos y, más particularmente, las cajas de ahorro y los bancos cooperativos, muy presentes en Francia, España, Alemania, Austria e Italia.

Para Bruselas, esta cooperación «entre bancos independientes que ocupan juntos una posición fuerte en el mercado» puede tener por efecto «limitar la competencia entre ellos o excluir a otros competidores».