«Thoughts Without Cigarettes: A Memoir» (Gotham Books), de Oscar Hijuelos.
En sus novelas, este autor ganador del premio Pulitzer habla de los inmigrantes cubanos, de lo que han perdido y ganado, de sueños desplazados, de música entrañable.
En su nueva obra, cuyo título se podría traducir como «Pensamientos sin cigarrillos: Memorias», habla de su propia historia, que le ha servido de inspiración para muchos de sus personajes, y traza un retrato franco, a veces desgarrador, que pone al descubierto una nueva faceta de la vida cubana en Estados Unidos.
Durante su infancia en Nueva York, su pelo rubio y piel clara hacen que sus propios compatriotas lo tomen por alemán o estadounidense, algo que podría parecer un problema menor, pero es como un puñetazo recto al mentón de su frágil identidad cada vez que le hablan en inglés.
Tras un viaje maravilloso a Cuba con su madre, el niño contrae una enfermedad del riñón y pasa un año hospitalizado, durante el cual pierde, y jamás recupera del todo, el conocimiento del español. Le dan el alta, pero le prescriben una dieta que excluye el lechón, el plátano frito y otros platos que su familia ama.
«Durante muchísimo tiempo, sólo supe que me había enfermado en Cuba, con microbios cubanos, que la enfermedad había florecido en la tierra de mis antepasados, el país donde me habían amado y cuya lengua era música para mis oídos», escribe Hijuelos. «Desde luego que las enfermedades suceden en todas partes y los niños se enferman en cualquier circunstancia, pero lo que me dijo mi madre durante años es que algo cubano había estado a punto de matarme y que en el proceso de mi curación, convertiría mi ‘cubanidad’ en aire».
Es una experiencia de desplazamiento y de incapacidad para alcanzar una identidad heredada, pero inaprehensible, con la que se identificarán muchos cubanos de su generación, y en realidad cualquiera que se haya sentido desgarrado entre dos patrias. También define en gran medida su desarrollo como escritor, cuando al principio vacila en aceptar su historia y la de su familia como fuente de inspiración para sus personajes.
Hijuelos ganó el premio Pulitzer en 1990 por «The Mambo Kings Play Songs of Love», publicada en español dos años después bajo el título «Los reyes del mambo tocan canciones de amor». Tuvo que luchar, dice, para que no le colocaran el rótulo de escritor «étnico», y observa que a pesar del número de escritores talentoso, pocos latinos han recibido el mismo reconocimiento. Veinte años después, ningún escritor latino aparte de Hijuelos y el dominicano Junot Díaz han ganado el Pulitzer por una obra de ficción.
Las historias de cubanos de segunda generación impregnan la obra de Hijuelos, pero en estas memorias retrata su vida y la de las generaciones sucesivas con una franqueza infrecuente. La pérdida de la lengua materna y la frustración de heredar una tradición rica pero difícil de aprehender son temas que la comunidad cubano-estadounidense apenas empieza a abordar.