En aniversario luctuoso, rescatistas de Angra aceleran labor por lluvias


Equipos de rescate buscan a más ví­ctimas de los deslizamientos en la colina de Carioca Morro en Angra dos Reis. AFP PHOTO / GABRIEL LOPES

Los rescatistas brasileños cumplí­an ayer su sexto dí­a de remoción de escombros en la ciudad de Angra dos Reis (150 km al sur de Rí­o de Janeiro) donde murieron 21 personas por deslizamientos de tierra, de un total de 74 en el Estado carioca, aunque con mayor prisa debido a las amenazas de lluvia.


En la fecha en que Angra dos Reis cumple su 508º aniversario de fundación, el clima en la ciudad era de luto con las fiestas suspendidas por la muerte de 21 personas en la favela Morro da Carioca (centro) y otras 31 en un incidente similar en la vecina isla Ilha Grande.

Las muertes en el municipio de Angra suman así­ 52 de un total de 74 en el estado de Rí­o de Janeiro, y la planeada conmemoración dio paso a cultos de homenaje póstumo.

El comandante del Cuerpo de Bomberos de Angra y jefe de las tareas, coronel Jerri de Andrade, declaró en medio de los escombros que «este es un aniversario triste, pero las tareas tienen que continuar. (…) Nuestro trabajo va a durar todo el tiempo que sea necesario».

En la mañana hubo cierta preocupación pues llovió unos minutos tí­midamente. En la tarde el clima se hizo pesado y el sol asomó por instantes, pero los pronósticos dan lluvia para el jueves y así­ se alertó a los pobladores a salir de casa si ello sucede.

«Los trabajos se han acelerado. Estamos intentando tirar el máximo de material posible antes que llueva para que no pueda deslizarse y afectar otras residencias más abajo», dijo de Andrade.

Este miércoles una excavadora removí­a escombros, mientras camiones particulares y municipales recogí­an cientos de kilos de lodo y destrozos. Los bomberos también controlaban lo retirado pues se mantiene la búsqueda de una niña que se estima estaba en el morro durante la tragedia del viernes.

En el área del Morro da Carioca, la AFP pudo constatar la destrucción provocada por el deslizamiento con toneladas de lodo, vegetación y escombros de casas alcanzadas, además de las 20 que desde el martes la Defensa Civil y la alcaldí­a comenzaron a demoler, de un total de 120 clausuradas.

Casas que el martes todaví­a lucí­an su decoración navideña, un dí­a después tení­an muros derrumbados y carteles de «clausurada».

El gobierno de Angra prevé en principio demoler unas 400 casas en todo el municipio, aunque según medios locales, el número podrí­a ser mucho mayor.

Pedazos de madera, piedras, tejas, hierros, ladrillos, lodo y objetos de todo tipo yací­an bajo las enormes rocas que están en la cima de la colina sobre la enorme lengua de tierra abierta por el deslizamiento.

Los preparativos de salida de vecinos de la favela se intensificaron y mucha gente atemorizada por posibles lluvias retiraba muebles, electrodomésticos y ropa para salir a buscar otro abrigo.

Entre ellos estaba Lidiane de Oliveira, de 25 años, que trabaja en una posada cercana y esperaba con su hijo pequeño sentada entre sillas, bolsas y otras pertenencias.

«Infelizmente mi casa está entre las clausuradas, voy a lo de parientes. Sé que ya no podré volver y no quiero arriesgarme. Luego veré dónde recomenzaré», declaró a AFP.

Ahora las autoridades están abocadas a definir planes de acción social y de prevención de nuevos accidentes, además de impulsar el reordenamiento urbano local en una región donde el 60% de la población vive sobre cuestas.