En alerta tras ataque que dejó 25 muertos


Tayikistán se encontraba hoy en estado de alerta elevada, un dí­a después de la muerte de al menos 25 soldados en el último de una serie de ataques perpetrados en este paí­s de Asia central, fronterizo con Afganistán, atribuidos por el gobierno a militantes islamistas.


El último ataque en lo que va del año tuvo lugar el domingo, cuando insurgentes emboscaron a un convoy militar en la región montañosa del Valle de Rasht, a unos 250 km al este de la capital Dusambé.

«De acuerdo con informaciones de las tropas, el número de muertos esta mañana es de 25 soldados, así­ como de unos 20 heridos, algunos de ellos en estado crí­tico», declaró a la AFP un alto jerarca militar tayiko que solicitó el anonimato.

El ministerio de Defensa habí­a indicado antes en un comunicado que 23 militares murieron y otros 10 resultaron heridos.

Este ministerio adjudicó dicho ataque a un grupo «terrorista» internacional dirigido por un carismático ex comandante de la guerra civil tayika llamado Mulo Abdulo, quien aparentemente dejó su refugio en Afganistán para entrar al paí­s.

«Además de ciudadanos tayikos, el grupo terrorista también estaba integrado por militantes y mercenarios entre los cuales habí­a ciudadanos de Pakistán, Afganistán y Chechenia, en Rusia», señaló el portavoz del ministerio de Defensa, Faridun Majmadaliyev.

El presidente Emomoli Rajmon, quien el domingo se encontraba en Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, pidió a su gobierno que tomase todas las medidas necesarias «para normalizar la situación en esa parte del paí­s», afirmó un comunicado gubernamental.

El ministerio de Defensa anunció que lanzó una amplia operación militar en respuesta a dicho ataque, y que envió fuerzas especiales y helicópteros artillados a una región que desde hace tiempo es considerada como un bastión de los militantes islamistas.

Tayikistán, un paí­s de mayorí­a musulmana y el Estado más pobre de los que surgieron después del desmembramiento de la Unión Soviética, hace casi dos décadas, ha sufrido recientemente una serie de ataques que el gobierno adjudicó a los guerrilleros islamistas.

En agosto pasado, 25 militantes vinculados a Al Qaeda escaparon de una prisión en una audaz operación nocturna que costó la vida a seis guardias. Se cree que escaparon hacia la región del Valle de Rasht, donde tuvo lugar el último ataque.

Desde entonces se registraron otros dos ataques: un atentado suicida con coche bomba contra una comisarí­a en Juyand que dejó dos muertos y 25 heridos, y un atentado con bomba en una discoteca de Dusambé que dejó siete heridos.

Un grupo autodenominado Yamaat Ansarulá dijo que llevó a cabo el atentado en Juyand para vengar ataques contra musulmanes, haciendo temer una violenta campaña de grupos militantes internacionales.

Las autoridades de Tayikistán acusan de estos ataques al Movimiento Islámico de Uzbekistán, un grupo militante afiliado a Al Qaeda, considerada una organización terrorista por Estados Unidos.