El día de hoy, inicio una nueva y satisfactoria aventura y es la de escribir semanalmente esta columna para compartir con ustedes conceptos y experiencias que les apoyen en mejorar su desempeño personal y el de sus empresas. Agradezco a La Hora por la oportunidad de permitirme aportar al crecimiento del empresariado nacional y de los guatemaltecos que son parte vital del funcionamiento del mismo.
jomalabbe@gmail.com
Creo firmemente que las personas y las empresas efectivas son aquellas que marcarán la diferencia y ocuparán los puestos de liderazgo en sus respectivas áreas de desempeño, entendiendo por efectividad, el cumplimiento exacto de los objetivos, con la menor utilización de recursos, es decir, una perfecta combinación de eficacia y eficiencia.
Para lograr esa efectividad es necesario desarrollar fortalezas y actitudes que nos permitan cumplir de la mejor manera con esos dos requisitos y, es precisamente de ello y de el cómo lograrlo de lo que estaremos escribiendo en este espacio.
Ante los retos que el mundo de los negocios de la actualidad presenta, se requiere que las empresas, a través de su recurso humano, cumplan con los objetivos necesarios para su crecimiento y desarrollo y no sólo para su permanencia en el mercado o en su entorno competitivo, ya que una organización que no evoluciona y se adapta, tiende a desaparecer irremediablemente. En estos casos se puede aplicar lo que dijo Charles Darwin muy claramente cuando presentó su teoría de la evolución de las especies:
«No es la especie más fuerte la que sobrevive, sino la que mejor se adapta a los cambios».
Insisto, las empresas y personas que no trabajen en el desarrollo de su efectividad, en muy poco tiempo dejarán de hacer negocios y cederán su lugar a aquellas que sí estén dispuestas a hacerlo.
Cuando hablamos de efectividad empresarial nos referimos al desarrollo de ésta en todas las áreas de la empresa, ya que tiene que funcionar como un todo: producción, ventas, administración, finanzas, transporte, etc. pues el buen o mal desempeño de un área afecta a las demás y de la misma manera, cuando hablamos de efectividad personal nos referimos a todas las dimensiones personales: espiritual, física, almática y social, ya que si nuestro recurso humano presenta carencias en alguna de estas dimensiones, sin lugar a dudas el resto se verá afectado, reflejándose inmediatamente en los resultados.
Es cierto, lograr la efectividad requiere de esfuerzo, pues nos obliga a dejar nuestra zona de confort de hacer las cosas como las hemos hecho hasta ahora, para empezarlas a hacer de una manera diferente, pero que nos estará proporcionando también resultados diferentes y satisfactorios, que nos permitirán, tanto a nivel personal como empresarial, alcanzar los objetivos ideales y garantizarán nuestra presencia en el escenario empresarial.
Uno de los objetivos de esta columna es estar en constante contacto con ustedes, así que por favor sus inquietudes, sus sugerencias, los temas que deseen leer o cualquier aporte lo podrán hacer a mi correo. Hasta el otro martes. í‰xito en todo.