EMPLEO ¿Cómo generarlo?


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EDITORIAL
Generación de empleo

En Guatemala tenemos pocos datos confiables sobre la situación del empleo, porque resulta que la economí­a informal es de gran magnitud y por lo tanto el seguro social, que en otros paí­ses es la fuente principal de datos para determinar los niveles de empleo, no sirve para saber cuánta gente forma parte del mercado de trabajo. Sin embargo, sabemos que hay altos í­ndices de desempleo y de subempleo y dados los indicadores de pobreza podemos afirmar que es uno de los grandes desafí­os para el futuro la generación de puestos de trabajo y por ello es importante decidir el papel que puede jugar el Estado en esa materia y escuchar la opinión de los candidatos.

Históricamente todos los candidatos a la Presidencia en el paí­s, ganadores y perdedores, se llenan la boca con cifras ofreciendo la creación de miles de empleos que luego no se concretan por varias razones. Una es que no existe una polí­tica de descentralización para llevar empleo al área rural donde vive la mayorí­a de gente en peores condiciones de pobreza, y otra es que por lo general las nuevas fuentes de trabajo que se ofrecen son únicamente en el campo de la maquila, donde no se ofrecen reales ventajas laborales a la población.

El Estado no tiene mucha capacidad de generar empleo, sobre todo porque ahora prácticamente toda la obra pública se hace por contrato y hay que decir que mucha de ella es más parte de la corrupción administrativa que de esfuerzos por facilitar el desarrollo del paí­s y, por supuesto, ofrecer plazas para que trabajadores guatemaltecos puedan aspirar a un empleo digno.

Es tal la gravedad de nuestra situación que los guatemaltecos más emprendedores y con deseo de trabajar se tienen que ir a vivir al extranjero, especialmente a los Estados Unidos, rompiendo hasta la unidad de sus familias con tal de disponer de un empleo que les permita mantener a sus hijos y descendientes. Un paí­s que está exportando a sus habitantes que se encargan de enviar remesas como una de las principales fuentes nacionales de ingreso, es un paí­s que ha fracasado en la obligación de promover el bien común porque ni siquiera oportunidad de vida digna mediante el trabajo ofrece a sus habitantes.

Y se produce además un gran dilema, porque por un lado el Estado no puede generar empleo y los empresarios reclaman ventajas y privilegios para, según ellos, estar en capacidad de invertir más y ofrecer nuevas plazas, pero eso rara vez ocurre porque nuestro sistema no tiene instrumentos para controlar que los incentivos se traduzcan realmente en crecimiento de las inversiones y muchas veces se convierten nada más en aumento de las utilidades.

La generación de empleo no es una de las cuestiones más sencillas, pero sí­ es una de las más urgentes si pretendemos que el paí­s cambie y que podamos vivir con ilusión de desarrollo y sobre todo con esperanzas de paz, porque no se puede pensar en real seguridad si la gente no tiene ni siquiera la elemental seguridad para alimentar a sus familias.

Si no tenemos oportunidades de trabajo no puede pensarse en resolver los problemas de pobreza, porque por muy eficientes que fueran los programas sociales, nunca serán suficientes para atender la demanda de una sociedad que no mueve un dedo para crear oportunidades a la gente para que pueda mantenerse con dignidad gracias a un trabajo decoroso.

Lo que los candidatos nos digan sobre esta materia es bien importante, porque es uno de los puntos en los que resulta más fácil encontrar la demagogia y la palabrerí­a sin sentido. Leer con atención las propuestas nos indica, de entrada, si alguien está hablando mentiras y haciendo promesas como las que hizo Colom cuando habló de generar empleo o si se trata de alguien serio que sabe lo que está diciendo. Veamos, pues, que nos dicen los candidatos.