Empieza la Ley de Hidalgo


Editorial_LH

Los mexicanos tienen sus ocurrencias y dicen que en las postrimerí­as de un gobierno empieza la Ley de Hidalgo cuyo enunciado es muy breve: Baboso el que deje algo. Y es que en los dí­as finales de un perí­odo constitucional se produce un tremendo vací­o y los funcionarios se dividen en dos grupos: el primero trata de asegurarse el chance con el nuevo gobierno y empiezan a servir servilmente (valga absolutamente la cacofoní­a y redundancia) a los que tienen chance de llegar al poder y otros empiezan a preparar sus maletas para dejar el despacho al sucesor.

 


Pero en ambos casos se actúa con base en esa socorrida ley y nadie quiere dejar nada. Si hay chance de hacer un último trinquete, un último negocito que ayude a la economí­a familiar, se aprovecha la oportunidad sin rubor ni empacho. No se dude que Tomza y el presidente Colom están en apretados y acelerados arreglos para que el sucio negocio del permiso para construir la planta en Izabal sea una realidad, porque ni modo que el señor Colom iba a andar viajando de pura gorra durante todos estos años en el avioncito del filántropo Tomás Zaragoza.

El tema es que la opinión pública (decir la ciudadaní­a es mucho) tiene que estar muy atenta para contener los abusos que sin duda se darán en estos dí­as y con creces. Hemos visto que este gobierno ha roto los moldes de la voracidad y va en camino de convertirse en competidor directo de los del arzuismo y compañí­a en términos de eso de andar quedando bien con los financistas. La forma escandalosa en que se han manejado contratos y en la que se ha encomendado a personeros legales de empresas que venden o contratan con el Estado puestos de decisión en la administración pública es impresionante. El caso de aquella constructora de postí­n que puso a su ejecutivo como viceministro para que se haga cargo de pagarles las facturas atrasadas es un ejemplo de cómo se ha utilizado y manoseado el poder en este perí­odo para llegar a exprimir hasta la última gota de los recursos públicos en materia de corrupción.
 
 Hay que ver si los candidatos presidenciales hacen un pacto con el gobierno para cuidarle las espaldas a Colom y su gavilla, o si hacen un pacto con el pueblo para escarbar hasta donde haga falta para deducir responsabilidades a quienes se alzaron con dinero del Estado, dinero del pueblo, mientras que nuestros niños mueren de hambre por desnutrición.

Minutero:

Cuántos votos le reporta 
una alianza al candidato 
depende de si le importa 
que se acerque cualquier gato