El joven John Elkann, familiarmente llamado Yaki, de 32 años, asumió esta semana la presidencia de Ifil, el holding que administra los bienes de la dinastía Agnelli, fundadora y propietaria de Fiat, el mayor grupo industrial italiano.
«Su formación se ha completado, John Elkann está listo», reconoció el presidente saliente de Ifil, Gianluigi Gabetti, de 83 años, uno de los hombres de confianza del legendario dueño y señor de la Fiat, Gianni Agnelli, fallecido en enero de 2003.
El representante de la quinta generación de los Agnelli, designado como heredero a los 22 años, es hijo de Margherita Agnelli, hija de Gianni Agnelli y del escritor y periodista Alain Elkann.
Yaki, quien es también vicepresidente de Fiat, es el único representante de la familia dentro de la dirección del grupo.
Su hermano Lapo abandonó todo encargo dentro de la firma así como su primo Andrea Agnelli, hijo de Umberto, quien se lanzó como inversionista independiente.
Alto, flaco, refinado, Yaki Elkann es una persona cosmopolita, nació en Nueva York, vivió en Brasil, París y Londres. Estudió ingeniería y es un apasionado de Internet.
Cuando era aún adolescente su abuelo solía obligarlo a pasar las vacaciones trabajando en la fábrica como parte de su formación.
Según un método muy personal, el célebre «abogado», como llamaban al abuelo, adoraba tomar riesgos en todos los campos para medir el propio temple, en particular en los deportes, por lo que constreñía a los nietos a recorrer las pistas de esquí más peligrosas, lanzarse de un helicóptero al mar o nadar kilómetros para alcanzar una isla.
«Solíamos esquiar juntos, nos llevaba a descubrir lugares desconocidos, en zonas difíciles», contó en una entrevista al diario Il Corriere della Sera.