Los esfuerzos internacionales para frenar el desarrollo nuclear de Corea del Norte progresan positivamente, consideró el emisario estadounidense Christopher Hill el miércoles, un día antes de que Pyongyang empiece a desmantelar sus instalaciones nucleares por primera vez.
Corea del Norte se comprometió a empezar el 1 de noviembre el desmantelamiento de sus instalaciones nucleares, en un proceso que debe acabar a finales de año, según el plazo fijado por un acuerdo alcanzado el pasado febrero.
Si se realiza completamente, el desmantelamiento representará un paso importante en los esfuerzos para poner fin al programa atómico del régimen comunista. El tema tomó un cariz de urgencia cuando Pyongyang efectuó el año pasado su primer ensayo de armas atómicas.
Un equipo de inspectores estadounidenses debía viajar el jueves a Corea del Norte para testimoniar el inicio del proceso y Hill se reunió el miércoles en Pekín con su homólogo norcoreano, Kim Kye Gwan, para asegurarse de que no existen problemas de última hora.
«Creo que vamos muy bien», afirmó Hill en relación con los planes de desmantelamiento antes de la reunión con Kim.
«Hay un par de cuestiones por solucionar, pero creo que estamos de acuerdo en lo que hacemos de manera general», declaró.
Se considera que Corea del Norte, una de las naciones más pobres y aisladas del mundo, habría trabajado en secreto durante décadas para desarrollar programas de armamento nuclear y nunca antes ha realizado acciones para desmantelar sus instalaciones.
Un acuerdo firmado en 1994 con Estados Unidos, que acabó fracasando, llevó a Corea del Norte a paralizar su reactor de Yongbyon, cuya actividad reanudó posteriormente.
Según el acuerdo de febrero, Corea del Norte recibiría un millón de toneladas de carburante como ayuda a cambio de renunciar a sus programas nucleares.
El país ya recibió 100.000 toneladas de petróleo a cambio de apagar su principar reactor nuclear de Yongbyon.
Según el mismo acuerdo, Corea del Norte obtendría asimismo amplias concesiones diplomáticas y garantías de seguridad por llevar a cabo una desnuclearización total.
En Seúl, el canciller surcoreano, Song Min Soon, afirmó que el inminente desmantelamiento de las instalaciones nucleares norcoreanas marcará el inicio de la renuncia total de Pyongyang a sus ambiciones atómicas.
«Es la primera etapa hacia el abandono de la energía nuclear por Corea del Norte», declaró Song Min Soon a la prensa.
«Una vez que el desmantelamiento haya concluido, hará falta a Corea del Norte un tiempo considerable para volver a activar sus instalaciones», agregó.
Según Song, el desmantelamiento afectará a 10 sectores, incluido el reactor de cinco megavatios, instalaciones de procesamiento de combustible nuclear y una planta de fabricación de combustible en el complejo de Yongbyon.
Hill advirtió sin embargo que pese al inminente inicio del proceso, queda mucho trabajo por hacer antes de lograr el objetivo final de desarmar Corea del Norte.
«El desmantelamiento va más lejos de lo que hemos conseguido hasta ahora», afirmó. «Pero quiero advertir a todo el mundo de que no es el último paso. El último paso es la desnuclearización total», agregó.