El 28 de noviembre de 1911 dio a conocer el Plan de Ayala, de contenido revolucionario para los campesinos, mediante la expropiación hacia los grandes latifundistas. Recién había sido derrocado el anciano presidente don Porfirio Díaz, asumiendo el cargo don Francisco Madero. Para perseguir a Zapata fue necesario que Madero enviara un ejército de 60 mil soldados, las guerras fueron de exterminio pero los campesinos resistían. Estas guerras se daban cuando los Estados Unidos de América presionaba al gobierno de México para que expulsara el capital británico y en su lugar entrara el capital norteamericano en la explotación del petróleo.
Madero cae asesinado, subió a la presidencia el conservador Victoriano Huerta, en 1913. Inmediatamente Zapata declaró la guerra a Huerta en el sur, con sus campesinos en armas. En el norte Francisco Villa luchaba a favor de los pobres.
Huerta es derrotado en 1914, subió a la presidencia don Venustiano Carranza, pero ante lo radical de Zapata de llevar adelante la reforma agraria, hubo un rompimiento entre Zapata y Villa en contra de Carranza. En el año citado un sector de los obreros fue utilizado por el gobierno para luchar en contra de los ejércitos campesinos.
Zapata tomó la ciudad de México, pero, por poco tiempo pues fue obligado a abandonarla ante algunas derrotas militares. Acontecía la Primera Guerra Mundial, además los Estados Unidos ponía en práctica su política de intervención en los países de América. En 1916 tropas norteamericanas invadieron el norte de México.
En 1917 fue promulgada la Constitución, de corte anticlerical, democrática y contraria al imperialismo. Fue la Constitución más avanzada de toda América en su época.
Zapata dirigió la lucha en el sur, primero en contra de Porfirio Díaz, luego combatió a Huerta, enseguida contra Carranza. Finalmente Zapata fue asesinado en 1919 por orden de Carranza, éste a su vez fue asesinado en 1920.
El ejército de Zapata llegó a tener 70 mil campesinos dispuestos a recuperar las tierras despojadas a sus comunidades. El héroe murió sin ver realizado su sueño de reforma agraria, debido a que el sistema de haciendas se mantuvo firme durante una década más.
Los ejércitos campesinos no supieron aprovechar sus triunfos, además de que al desaparecer los líderes principales se sentían derrotados.
El problema asociado a la tenencia de la tierra fue lento y dificultoso. La legislación era complicada. Hubo violencia pues los terratenientes utilizaban sus guardias blancas para atemorizar a los campesinos organizados en sindicatos y partidos políticos. Algunos seguidores, antiguos compañeros de Zapata participaron en la rebelión de los Cristeros que se inició en 1927; su lucha fue por la reivindicación por las tierras, motivo por el cual habían luchado diez años antes.
Fue hasta en 1934 cuando al llegar a la presidencia el General Lázaro Cárdenas que puso en práctica una nueva política agrarista, acelerando la distribución de las tierras y creándose cooperativas.
En 1935 quedó formada la Confederación Nacional Campesina. En la década de 1940 en adelante el programa de reforma agraria dejó de ser dinámico como lo fuera durante la presidencia de Cárdenas, transformándose en un programa conservador.
Zapata representa al líder que trató de otorgar dignidad al campesino sin tierra, al peón desposeído, que defiende la tierra con las armas y más tarde mediante una participación política continúa defendiendo su mayor bien, la tierra.
Fue toda una época revolucionaria en la que Zapata llevó la justicia social al campo. Sin embargo en los años recientes existe frustración y violencia en el agro, como ejemplo, el alzamiento indígena zapatista campesino en Chiapas.
Nunca se ha dado la alianza obrero-campesina, ni aún con la lucha de Emiliano Zapata.