El nivel de alerta sigue siendo elevado en Italia, Grecia y Bulgaria, donde la ola de calor continúa atizando los incendios forestales que causan muertos y amenazan con frecuencia parques naturales y espacios protegidos.
La organización internacional de defensa del medio ambiente WWF, que denunció «un año negro» para el patrimonio natural de Italia, indicó hoy que por lo menos 4.500 hectáreas de parques protegidos fueron devastadas por las llamas en las últimas semanas en la península.
El martes, los violentos incendios dejaron dos muertos y provocaron importantes daños en la costa adriática.
En Grecia aumentó a tres muertos hoy el balance de las víctimas provocadas por el incendio que desde hace tres días azota la región griega del Peloponeso (suroeste) tras el fallecimiento de una anciana en el pueblo de Diakofto, informó una fuente médica local.
La mujer fue encontrada carbonizada en su casa, según la misma fuente. Los servicios de bomberos anunciaron poco antes la muerte de otra anciana, además de la desaparición de otra persona en el mismo pueblo. Ayer, un hombre de 76 años fue encontrado muerto en Mamussia, un pueblo cercano también afectado por las llamas.
El incendio se extiende en un frente de 30 kilómetros y, por el momento, no se ha logrado controlar.
El martes se inició el fuego en la región de Aigialia, cerca de la ciudad del mismo nombre, a 200 kilómetros de Atenas, y ha sido atizado por fuertes vientos y temperaturas de más de 40 grados.
Las llamas destruyeron casas de los pueblos de Mamussia, Pyrgaki y Milissia, que tuvieron que ser evacuados. Sin embargo, algunos ancianos se negaron a abandonar el lugar por lo que las autoridades no excluyen el hallazgo de nuevos cadáveres.
En otras partes del oeste, este y norte de Grecia seguían activos el jueves otros diez incendios.
Asimismo Bulgaria pidió la ayuda de la Unión Europea (UE), de la OTAN y de Rusia, para luchar contra los incendios, anunció el jueves el ministerio de Lucha contra los Desastres.
«Nosotros esperamos una confirmación oficial de los países de la UE y de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), así como de Rusia, que son capaces de suministrarnos ayuda para controlar los incendios en el país», indicó el ministerio en un comunicado.
Las regiones de Kazanlak (centro) y Dabovo (nordeste), donde 95 km2 de tierras y bosques son presa de las llamas, fueron declaradas en estado de emergencia desde el miércoles, indicó por su parte la Defensa Civil.
La situación se vio agravada el jueves por la persistencia de temperaturas superiores a los 30 grados y el viento.
La canícula dejó tres muertos la semana pasada en Bulgaria y se registraron unos 1853 focos de incendios que destruyeron más de 600 hectáreas de bosques.
La ola de calor que azota el sureste de Europa ha causado unos 500 muertos en Hungría, 33 en Rumanía y decenas de víctimas en otros países de la región, y provocó devastadores incendios que calcinaron grandes extensiones de bosques, en particular en Italia meridional.
Las temperaturas alcanzaron regularmente los 40 grados en Hungría la semana pasada.