Tres semanas después del sismo que devastó el suroeste de China, un embalse natural creado en un río de la provincia de Sichuán por enormes deslizamientos de terreno sigue planteando una grave amenaza para la población, afirmaron las autoridades hoy.
El lago sísmico de Tangjiashan es inestable, pues está situado en una zona donde todavía podrían registrarse movimientos telúricos y podría ceder en cualquier momento, ya que río arriba el agua continúa acumulándose y llega al nivel de alerta.
«Después de varias medidas tomadas en el lugar, la situación sigue siendo peligrosísima», declaró el jefe del ingenieros del ministerio de Recursos Hidráulicos, Liu Ning, citado hoy por la agencia China News Service. La zona de Tangjiashan «sufre réplicas reiteradas y eso podría tener un impacto en caso de temblores superiores a una magnitud de 6 en la escala de Richter», explicó este responsable ayer.
Deslizamientos provocados por el terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter causaron la formación de esta represa natural, reteniendo el agua río arriba. Este lago contiene actualmente 205,5 millones de métros cúbicos, equivalentes a unas 80 mil piscinas olímpicas, según la agencia China Nueva.
Su nivel sube inexorablemente y anoche su superficie estaba a sólo 2,37 metros del punto más bajo del dique, según Cheng Dianlong, subjefe de la oficina de control de las crecidas y de los socorros en caso de sequía, citado por la agencia oficial china.
Soldados e ingenieros trabajaron intensamente para cavar un canal de derivación, liberando unos 135.500 metros cúbicos de rocas y lodo, según los medios de comunicación oficiales. Este canal, que fue terminado el fin de semana pasado, permitirá descargar el exceso de agua cuando el lago alcance un nivel crítico.
Una ruptura del embalse afectaría, según las autoridades, a más de un millón de personas. Más de 200 mil habitantes fueron evacuados en esta zona gravemente afectada por el sismo, que en total dejó 69.122 muertos y 17.991 desaparecidos, según el último balance oficial.
Entre los niños en edad escolar de la provincia, cuyas escuelas se derrumbaron como castillos de naipes, se registraron numerosas víctimas. Estas tragedias desencadenaron la cólera de los padres, quienes denunciaron la calidad de los edificios y la presunta corrupción de los responsables encargados de su construcción. Según testimonios, se registraron disturbios a causa de esta situación. Una manifestación de padres afectados por este duelo fue dispersada por la policía ayer en Dujiangyan, indicaron habitantes.
Hoy, la policía y el ejército bloqueaban los accesos a las escuelas de la región, según esas fuentes. Un padre que perdió a su hija de 14 años manifestó su cólera y su frustración por no poder ir al lugar. «Nosotros sólo queremos recuperar a nuestra hija. No es justo. Comprendemos que el gobierno deba tomar ciertas medidas, pero esto es muy difícil de aceptar», protestó.