Ellos los pusieron?



Nos parece correcta la actitud que han asumido varios partidos polí­ticos frente al comportamiento inmoral de diputados que ellos colocaron en el Congreso al incluirlos en sus listados de candidatos, puesto que de alguna manera se comparte la responsabilidad toda vez que nuestro sistema de elección no permite establecer un ví­nculo directo entre el representante al Congreso de la República y sus electores, por lo que el ví­nculo real existe del diputado con el partido polí­tico. Tanto el Partido Patriota que ya expulsó a tres diputados, como la Unidad Nacional de la Esperanza cuyo Secretario General y Presidente electo repudió la acción y ofreció revertirla y la Gana que al fin se dio cuenta de la calaña de algunos de sus diputados, entre ellos el señor Méndez Herbruger, se han convertido ahora en abanderados de una postura de dignificación que pueda obligar a dejar sin efecto la barrabasada de la indemnización.

Siendo que los partidos polí­ticos postularon a los diputados y que con ellos ha subsistido el ví­nculo que nunca se estableció con los electores, son los llamados a enmendar la plana y es momento de ver el liderazgo que puedan tener los dirigentes de las distintas agrupaciones. Anticipamos que no es cosa fácil porque los beneficiarios de la indemnización son aquellos que no fueron reelectos (por no ganar la elección o porque no fueron postulados) y de esa cuenta puede pensarse que hay 90 votos duros a favor del trinquete que posiblemente desafí­en a los comités ejecutivos de los partidos porque sienten que ya no tienen por qué acatar sus instrucciones.

En ese sentido quien mejor se encuentra es la UNE porque al tener la responsabilidad de hacer gobierno en los próximos cuatro años, se supone que podrá influir mejor aún en los diputados que no fueron reelectos, muchos de los cuales se morirí­an por algún puesto en el Ejecutivo.

Lo importante es que los diputados no sientan que están siendo respaldados por sus respectivos partidos polí­ticos y eso marca una gran diferencia pero, sobre todo, sienta un sano precedente para el futuro. Con la misma firmeza que criticamos a los representantes que actuaron en fraude a la ciudadaní­a, queremos reconocer la actitud decente de los dirigentes de los partidos que se han sumado a la condena. A los tres ya mencionados hay que agregar aquellos que, como Encuentro por Guatemala, no avalaron la indemnización. Poco a poco, con gestos edificantes, se va construyendo el necesario respeto hacia aquella dirigencia polí­tica capaz de actuar con honestidad y congruencia, en contraposición a la desfachatez y absoluta carencia de vergí¼enza de los diputados que cerraron su vida polí­tica con un baldón.