En los estadios de Brasil, en los que se juega la Copa del Mundo de Futbol se ha extendido el grito de eliminados, eliminados, eliminados, a manera de burla o mofa y como melodía de despedida para las selecciones que pierden, se van y no volverán, si no probablemente hasta después de cuatro años.
En Guatemala, con ciertamente menos fiesta, más tragedia y la única alegría de que no volverán, cada cuatro años seguimos ese ciclo perverso de esperanza, expectativa, desilusión y frustración que también nos lleva a gritar eliminados, eliminados, eliminados, pero a nuestros gobernantes de turno, quienes, con más pena que gloria dejarán una competencia en donde la camiseta sin duda les quedó grande y por la que simplemente no quisieron ni sudar.
Y es que más allá de los sueños de verano del Presidente actual, quien en clara falta a nuestro reglamento máximo que es la Constitución, afirma que sería necesario replicar el sexenio de gobierno mexicano para poder hacer un gobierno que dé seguimiento a sus planes y ofrezca resultados, la verdad es que luego de dos años de gobierno ya todos estamos desencantados, renuentes a creer en nuestros gobernantes y muy dispuestos a esperar a que finalice el periodo de gobierno que más que necesitar ampliarse debería disminuirse para que cuando menos haya una renovación de la riqueza en Guatemala, por supuesto, entre los que se van y los que llegan.
No sé cuál será el secreto para romper el ciclo del aprovechamiento y el desinterés, en mi opinión los dos factores clave de la debacle en que vivimos, los candidatos que se avecinan son peores que los actuales gobernantes, y los exorbitantes números económicos de las campañas electorales no hacen más que presagiar que alguien más va tras el botín y que se cumplirá nuevamente el lema de que en Guatemala, en política no se gasta, se invierte.
Visto lo descrito, mejor es poner atención a las pantallas de televisión y abstraerse de ver lo que sucede en Guatemala, gozar del Mundial, esperar que su equipo meta muchos goles y rogar que su quiniela no se haya ido al traste. Eso sí, si usted es de los que les gusta ir sobre lo seguro, en un futuro apueste a que luego de dos años de gobierno querrá sacar a sombrerazos a los futuros gobernantes de Guatemala, esa es una apuesta que va sobre rieles y en la cual no podrá perder.