El ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parte como gran favorito en las elecciones primarias que celebrará mañana el Likud, el gran partido de la derecha actualmente en la oposición, para designar el candidato a las presidenciales de 2010.
Netanyahu sólo tendrá como rivales al representante de la facción de extrema derecha, Moshé Feiglin, y al presidente de Betar, las juventudes del partido nacionalista, Dany Danon.
El ex ministro de Relaciones Exteriores Sylvan Shalom, que se perfilaba como la amenaza de Netanyahu en las encuestas, se retiró de la pugna.
El ex primer ministro, de 57 años, encabeza los sondeos por la carrera presidencial, aunque seguido de cerca por el nuevo jefe del Partido de los Trabajadores, Ehud Barak.
El actual primer ministro, Ehud Olmert, y su partido, el centrista Kadima, han bajado en las expectativas de voto.
Las elecciones presidenciales deben celebrarse, en principio, en el año 2010.
Pero la publicación del informe definitivo de la comisión que investiga los errores de la guerra del pasado verano (boreal) contra los chiitas libaneses de Hezbolá, que se espera para mediados de septiembre, puede adelantar acontecimientos si Olmert se ve abocado a la dimisión.
El conservador Likud, que ha gobernado el país durante décadas, perdió las últimas elecciones presidenciales celebradas en marzo del 2006.
La decisión del ex primer ministro y líder carismático del Likud, Ariel Sharon, de abandonar la franja de Gaza, en el verano del 2005, muy criticada por Netanyahu y el sector más duro de la formación, le llevó a un retroceso de 39 a 12 escaños (sobre 120) en el Knesset (Parlamento).
En las presidenciales de marzo del 2006, Sharon se presentó con un nuevo partido más hacia el centro, Kadima. Pero sufrió un ataque cerebral que lo dejó postrado desde entonces. La formación logró 29 escaños y se hizo con el gobierno, que encabezó Ehud Olmert.
Los sondeos de los últimos meses predicen una victoria clara del Likud, presidido por Netanyahu, en caso de elecciones anticipadas, gracias sobre todo a la impopularidad de Olmert por los fallos en la guerra en el Líbano y por estar envuelto en varios escándalos.
Según los analistas, las primarias del Likoud, que tienen lugar en plenas vacaciones, tendrán escasa participación. Eso puede ser beneficioso para el ultraderechista Feiglin, que rechaza de plano cualquier acuerdo con los palestinos.