Elecciones y votaciones, en nuestro país (5)


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Con la interrupción del período revolucionario en junio de 1954, se deroga la Constitución de 1945 y son abolidas las conquistas de la Revolución. Se institucionaliza el anticomunismo, la represión y el terror gubernamental contra el pueblo, los toques de queda y estados de sitio. Queda prohibido el funcionamiento de sindicatos, organizaciones campesinas y partidos de la Revolución. Se ilegaliza al Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) que, a partir de ese momento, continúa y encabeza la lucha en la clandestinidad.

Ricardo Rosales Román
\Carlos Gonzáles\


Este período se caracteriza por la permanente inestabilidad gubernamental. En su continuidad, se puede resumir de la siguiente manera: El país es «gobernado» por el coronel que sucede al presidente Árbenz y que, un día después de «asumir» el cargo, es obligado a integrarse a una junta militar al lado de dos coroneles. Dos días después, el 29 de marzo, se instala otra junta con tres coroneles la que, a su vez, es sustituida el 3 de julio por otra más, esta vez, compuesta por cinco coroneles y presidida por “el cabecilla” de la invasión mercenaria que ya está en el país.

Esta junta es recompuesta: se reduce a tres coroneles que «gobiernan» hasta la toma de «posesión», el 1 de septiembre de 1954, del, además, denominado «caudillo de la liberación» que es «electo» mediante un plebiscito durante el que se obliga al ciudadano a que, de viva voz, diga si está de acuerdo o no que el propuesto asuma el «gobierno». Su gestión duró dos años, dos meses y cinco días. A eso de las 21:00 horas del 26 de julio de 1957, es asesinado en los corredores de Casa Presidencial.

Luego del magnicidio, asume un presidente interino que, tres meses después, es depuesto por una junta integrada por tres coroneles y que «gobierna» del 24 al 26 de septiembre. Tan apremiante situación, obliga a quienes durante este tiempo «mandan» a aceptar que un coronel, en su calidad de designado, «asuma» el cargo el 26 de septiembre de 1957. Su mandato dura cuatro meses y 24 días.

Esta continuada inestabilidad institucional e ingobernabilidad y la deteriorada situación económica y social del país, no se palian ni resuelven con la «elección» de un general cuyo «gobierno» se «inaugura» el 2 de marzo de 1957. Se agravan, aún más, a partir del golpe de Estado encabezado por el Ministro de la Defensa que sustituye al “mandatario” depuesto, autonombrándose Jefe de Estado.

Durante aquellos ocho años, dos meses y veintiséis días, la no resuelta crisis institucional y la represión y terror contra el pueblo, sintetizan y son resultado de las contradicciones al interior de la conservadora clase gobernante. Los golpes de Estado (24 de octubre de 1957 y 1 de abril de 1963), a su vez, de las pugnas y disputas entre camarillas en las Fuerzas Armadas y la incapacidad de las juntas castrenses y «presidentes» militares, reaccionarios y anticomunistas, para gobernar el país.

Entre tanto, estudiantes, maestros, obreros, campesinos, trabajadores al servicio del Estado, sectores y fuerzas populares, democráticas y progresistas, se reorganizan y, con sus alzas y descensos, avances y retrocesos, persisten en la lucha, le dan continuidad, fortalecen y amplían, en condiciones difíciles, complejas y adversas. (Continuará).