Elecciones y polí­tica en América Latina (II)


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Si además de analizar la polí­tica y la evolución de los gobiernos de América Latina analizamos el actual Gobierno demócrata en Estados Unidos, que preside Barack Obama, no podemos dejar de reconocer que la sociedad norteamericana también ha cambiado y aun cuando el gran capital y los republicanos no desean viabilizar la transformación e incorporar a los millones de inmigrantes, la realidad es que la presión, la necesidad hará que se acepte mejorar las condiciones de salud, la educación, las oportunidades de trabajo y el pago de mejores salarios, porque el sueño norteamericano no es que exista una concentración de la riqueza, sino que la clase media goce de las mejores oportunidades, sea dueña de su casa, posea uno o dos automóviles y ante todo pueda satisfacer las necesidades familiares de salud, de alimentación, educación y mejor oportunidad de progreso para todos sus miembros.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

 


Regresando a nuestras latitudes, Guatemala debe comprender que no podemos continuar en la situación en que nos encontramos. El aumento de la oferta de trabajo en los últimos cinco gobiernos, especialmente en el actual, es un problema que debe resolverse por cuanto no es posible que en tres años y medio de gestión sólo se haya aumentado en 33,734 los nuevos empleos.

Los actores deben comprender que la concentración de la riqueza contribuye a la inseguridad, que además las drogas, su producción, transporte y comercialización deben regularizarse, igual que se hizo con la droga permitida conocida como tabaco y también se hizo con el alcohol, que ello no terminará la violencia y la delincuencia pero sí­ la puede reducir sustancialmente.

Nuestra educación debe transformarse, los institutos técnicos que cree cada gobierno no deben ser uno, como el que se iniciara en el año 2000 y hoy se llama Instituto Tecnológico Guatemala Sur, sino deberí­an por lo menos replicarse en el oriente, en el occidente y en el norte del paí­s y estar a cargo del Ministerio de Trabajo.

Salvo México, Honduras, Colombia y Guatemala ya no hay gobiernos con tan reducida conciencia social en América Latina. No importa el calificativo de izquierda o de derecha, porque si nuestro paí­s fuera un gobierno como lo es hoy Chile y tuviéramos programas de educación universitaria, técnica, básica o secundaria y primaria, que le garantizaran a la población un promedio de educación, salud y de programas de seguridad social como el que actualmente tiene Chile, que abarcan eficientemente al 90% de las personas, y el í­ndice de desempleo fuera inferior al 7%, con salarios del triple del monto de los que se pagan en Guatemala y por supuesto las exportaciones estuvieran de cuatro a cinco veces más de las que actualmente el paí­s produce, que importarí­a la tendencia polí­tica.

En otras palabras, si para hacer que la pobreza se reduzca, que la miseria casi no exista, que la seguridad y la infraestructura sean como las de Chile, hay que ser de izquierda como lo fueron los gobiernos de Aylwin, Lagos, Frei  y Bachelet, seámoslo y si para continuar y conservar esos logros, aumentar y mejorar el ingreso per cápita, la producción y la exportación nacional, tenemos que ser un Gobierno de derecha como el actual que preside Piñera, bienvenido sea.

Pero de qué nos sirve que en la próxima elección participen más de diez binomios presidenciales y la papeleta para elegir diputados tenga más de 25 sí­mbolos, si nuestro paí­s cada dí­a se encuentra más retrazado y salvo Haití­, no podemos decir que estamos mejor que el resto de los paí­ses de América Latina.