Elecciones y etnias


Guillermo Castañeda Lee, R-19 No 997, Teculután, Zacapa

La etnia o la composición étnica de una persona no ha tenido en Guatemala ninguna influencia sobre los resultados en las elecciones, pues de ser así­, estarí­amos vaticinando que Pérez Molina serí­a el próximo presidente de Guatemala, lo cual parece no ser cierto, ya que las encuestas señalan a Colom como favorito.

Para los que se pregunten por qué digo que Pérez Molina serí­a el próximo presidente y no doña Rigoberta Menchú, es porque la mayorí­a de guatemaltecos se considera estar ubicados dentro de composición étnica ladina, tanto por cuestión sanguí­nea como por sentimiento de pertenencia.

Cuando vinieron los conquistadores españoles se inició la fusión de éstos con los indí­genas, siendo el caso que gran cantidad de pobladores del oriente de la República desciende de Francisco de Lobo Vargas, casado con la mestiza Francisca de Paz, quien era hija de Alonso de Paz con doña Marí­a de Molina, hija del Cacique de Soconusco, esto último confirmado por Franz Binder, eminente investigados de origen alemán. Los hijos de Lobo Vargas y Francisca de Paz al casarse con españoles fueron castizos y la siguiente generación vuelve al término español. Los hijos de blancos con negros fueron mulatos, mulatos con blanco fueron pardos, pardos con blanco pardos fueron pardos claros. Paralelamente se fueron dando otras combinaciones, como negros con indí­genas llamados afromestizos, estos con indí­genas, con blancos o con mestizos, que dieron una serie de combinaciones que fue difí­cil etiquetarlas, por lo que a los que tení­an un componente de raza blanca se les llamó «ladinos» y a los que no, que no eran negros o mulatos, se les generalizó la palabra indí­gena.

Por todo ese cruce étnico, por lo sanguí­neo y por costumbres, se puede llegar a la conclusión de que en Guatemala el 60% de la población es ladina, el 30% indí­gena y los blancos forman menos del 10%, sin embargo, si usted suma preferencias del electorado verá que más del 50% es de los tres candidatos considerados blancos dentro de los cinco que encabezan las encuestas.