Datos mostraron que la violencia electoral cobró la vida de al menos 55 miembros de la clase política, no importando el cargo que pudieran haber desempeñado en distintos sectores, incluyendo hasta familiares y amigos que también fueron blanco de diversos tipos de violencia.
Estudios que realizan distintas organizaciones sociales señalan que el proceso electoral de este año superó los hechos de violencia de 2003, el cual registró 29 asesinatos, destacando que actos ilícitos que ocurrieron en la pasada campaña electoral no están desvinculados de los altos índices de criminalidad y de impunidad que ha vivido el país en los últimos cuatro años.
El grupo político que sufrió más pérdidas humanas fue el partido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), seguido por Encuentro por Guatemala (EG), sin descartar al Partido Patriota, que en los últimos lamentó la muerte de un diputado electo por el PP, quien fuera a ocupar el cargo como diputado departamental de Quetzaltenango.