Elecciones políticas y consultas populares


Eduardo_Villatoro

Las groseras contradicciones del sistema capitalista expresado en su faceta más cruel e injusta como es el neoliberalismo, se reflejan en el desprecio de los distintos gobiernos que se han sucedido en Guatemala a partir de 1954 hacia la explícita voluntad colectiva de todas aquellas comunidades que se han manifestado pacíficamente en contra de la autorización de exploraciones y explotaciones mineras,

Eduardo Villatoro


Mientras que no se cuestionan los resultados de votaciones dizque democráticas para designar a autoridades nacionales y locales, sin que los electores hayan tenido previamente la opción de escoger a sus candidatos.
 
En absolutamente todas las consultas verdaderamente populares que se han realizado durante los últimos años, más del 95 % de los vecinos, en algunos casos y cerca del 99 %  en otros, han demostrado su categórico rechazo a que en sus comunidades operen minas a cielo abierto; pero todo mueve a pensar que como no están en disputa cargos que implican poder político y ventajas económicas o privilegios de ninguna naturaleza a dirigentes partidistas, simplemente se les ha ignorado, como si fuesen actividades que no han ocurrido, o se desprecia el legítimo derecho de esos guatemaltecos de tomar sus decisiones sobre asuntos que les incumben y afectan directamente.

Una de las tantas diferencias que existen entre las elecciones políticas y las consultas populares estriba en que las primeras están reguladas por normas específicas, pero que suelen ser violadas reiterativamente por los mismos protagonistas, como el caso del elevado y oculto financiamiento a los candidatos a diferentes cargos; en tanto que las segundas surgen espontáneamente, sin necesidad de desarrollar campañas de proselitismo, como consecuencia de que los habitantes de los municipios donde nacen y se reproducen espontáneamente esas manifestaciones, han tomado conciencia de los perjuicios que les causan o provocarían las operaciones mineras, la mayoría a cargo de poderosas empresas transnacionales a las que les importa un comino la salud, el bienestar y el progreso de las colectividades.

Los diarios impresos, especialmente La Hora, han publicado reportajes acerca de las enfermedades que han surgido en municipios donde se han establecido minas a cielo abierto y el deterioro del medio ambiente; pero las autoridades del Estado, independientemente del gobierno de que se trate, no se dan por enteradas, y si acaso le prestan alguna atención, es para pretender disminuir el impacto negativo en las comunidades perjudicadas y para magnificar las muy dudosas ventajas de la minería.

Para citar un ejemplo, pobladores de San Pedro Ayampuc, aprovechando la presencia del Presidente en San José del Golfo, lo abordaron para expresarle su descontento por la exploración minera en su municipio, puntualizando que “Las autoridades deciden sin tomar en cuenta la voluntad del pueblo… No se fijan en nuestras necesidades”.

Presumo que esta inconformidad no será ni analizada porque ya se realizaron las elecciones.

(El comunitario Romualdo Tishudo cita a Cicerón:-La sola idea que una cosa cruel pueda ser útil, es ya de por sí inmoral).