Elecciones francesas en su recta final


Mitin. El candidato conservador para las elecciones francesas, Nicolas Sarkozy, durante un mitin en Parí­s.

Apoyo de cantantes y actores de moda, declaraciones explosivas, mí­tines multitudinarios o promesas de última hora: los dos finalistas de las presidenciales francesas, Nicolas Sarkozy y Ségolí¨ne Royal, multiplican sus esfuerzos para atraer los votos del centro y de los extremos el domingo.


A menos de una semana para la segunda vuelta de los comicios, conservadores y socialistas se dirigieron directamente al electorado de centro, que representó casi siete millones de personas en la primera ronda, y hará que la balanza se incline hacia un lado u otro el 6 de mayo.

Según un sondeo del instituto TNS Sofres, la socialista Royal captarí­a en este momento la mayorí­a de los codiciados votos del electorado del lí­der centrista Franí§ois Bayrou.

Consciente del peligro, el aspirante conservador, de 52 años, abrió de par en par las puertas de su proyecto a los franceses de centro y a los diputados de la UDF, el partido dirigido por Bayrou, tercera fuerza más votada en la primera vuelta de los comicios el 22 de abril.

«Puesto que Bayrou quiere terminar con la UDF, digo a sus representantes públicos que me apoyan, que tienen un lugar, como hombres y mujeres libres, en la nueva mayorí­a presidencial que quiero construir», garantizó Sarkozy.

El lí­der centrista anunció la semana pasada que va a crear una nueva formación polí­tica, el Partido Demócrata, con la que se presentará a las legislativas del 10 y 17 de junio. Además, Bayrou no dio ninguna orientación de voto de cara al 6 de mayo, estimando que sus electores son libres de apoyar a quién deseen.

Sin embargo, la mayorí­a de los diputados de la UDF anunció que votará por Sarkozy el 6 de mayo.

Por su parte, Royal, de 53 años, reiteró de nuevo el lunes que podrí­a nombrar ministros de centro si era elegida y subrayó que ni siquiera el nombre de Bayrou estaba descartado.

«No me prohí­bo nada. No creo que sea lo que ocurra, pero no descarto nada a la hora de elegir a mi primer ministro», declaró, respondiendo a una pregunta de si el lí­der centrista podrí­a ser jefe de gobierno.

«Todos aquellos que se unan a mi pacto presidencial y vengan a ayudarme a levantar Francia pueden formar parte del gobierno», agregó Royal.

Dentro de la operación de conquista del electorado de centro y por primera vez en la campaña, Sarkozy mencionó el domingo la posibilidad de permitir que una parte de los diputados y senadores sean elegidos proporcionalmente y no según el sistema de mayorí­as actual.

Esta es una reivindicación antigua de la UDF y el Frente Nacional (FN, extrema derecha), ya que les permitirí­a tener una mayor representación en las Cámaras.

«Me comprometo si soy elegido a reunir a todas las fuerzas polí­ticas y conversar con ellas sobre la posibilidad de introducir un poco de proporción en el Senado y la Asamblea Nacional sin crear el riesgo de una inestabilidad desastrosa y respetando el sistema mayoritario», declaró.

Según Royal, Sarkozy «pretende sobre todo captar los votos del Frente Nacional» con esta idea, que supone un importante cambio de rumbo.

«Hace algunos dí­as, era algo fuera de lugar. Hoy, creo que Sarkozy desea sobre todo captar los votos del FN. Es una mano tendida hacia el FN», declaró la aspirante socialista.

El lí­der de la extrema derecha francés, Jean Marie Le Pen, que consiguió más del 10% de votos el 22 de abril, dará una orientación de voto a sus electores el martes en un esperado discurso.

Royal, que denunció una vez más el lunes la «gran violencia» del discurso pronunciado por Sarkozy el domingo, tiene sus esperanzas puestas en el esperado debate en televisión que ambos protagonizarán el miércoles, aunque Sarkozy es un maestro de la retórica y la persuasión.

Según los últimos sondeos, el candidato conservador tiene una ventaja de entre 4 y 5% sobre Royal de cara a la segunda ronda de las presidenciales.

«Son cobardes»

El candidato de derecha en las elecciones presidenciales francesas, Nicolas Sarkozy, afirmó hoy que «los que colocan bombas son cobardes», en un mitin celebrado en Córcega, isla del Mediterráneo castigada a menudo por los ataques reivindicados por grupos independentistas.

«Quienes colocan bombas por la noche, los cobardes que se tapan el rostro al hacerlo, no aman a Córcega, no la defienden y no son fieles a su identidad», declaró Sarkozy ante los aplausos de cientos de personas.