El virus que condena en silencio a 45 mil guatemaltecos


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Los esfuerzos en la lucha contra el VIH se redireccionan hacia los miles de infectados que desconocen su condición y los grupos altamente vulnerables que carecen de información sobre cómo prevenir el contagio. Se estima que solo en 2011 se dieron 8 mil 958 nuevos casos, lo que significa que 24 personas adquieren VIH cada día.

REDACCIÓN LA HORA*
lahora@lahora.com.gt

En Guatemala, los registros oficiales refieren que 26 mil 978 personas son portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o padecen del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), pero una cifra mucho mayor, más de 45 mil, también están contagiados y muchos desconocen su condición, principalmente, por la falta de información sobre cómo prevenir la enfermedad a la que se considera a nivel global una amenaza para la sanidad.

Lo que más preocupa a las instancias estatales y organizaciones no gubernamentales es que aumente el número de contagios por el desconocimiento de cómo prevenirlos y a la vez, que los afectados no reciban un tratamiento temprano que les permita controlar la inmunodeficiencia.

Guatemala ofrece una cobertura de tratamiento antirretroviral del 56 por ciento, un porcentaje superior a la media mundial -54 por ciento- e inferior a la cobertura regional -65 por ciento. Según datos de 2011, 13 mil 585 personas tienen acceso a tratamiento, frente a las 10 mil 362 de 2009. Sin embargo, no se contempla al basto subregistro de casos.

El reto ahora es visibilizar una enfermedad que de manera oculta -para la mayoría- se expande, acaba lentamente con la vida de las personas y constituye un problema social.

VISTA SOCIAL

Iris Isabel López, coordinadora de la Comisión Nacional del Sida (Conasida), estima que el VIH se ha abordado como un problema de salud y se ha descuidado la compresión social del problema, lo que puede incidir en que el amplio número de casos ignorados aumente desproporcionalmente.

¿Qué implica la falta de un abordaje social? Por ejemplo, que pocas veces se han realizado campañas divulgativas sobre VIH y sida para poblaciones indígenas, que no hablan español y que reportan altos índices de analfabetismo, por lo que su contexto les complica el acceso a la información del tema y eso les hace más vulnerables al contagio.

Aunque el primer contagio de VIH se registró en el país hace 28 años, hasta el momento no se ejecutan un plan nacional para informar a los pueblos indígenas -que representan la mayor parte de la población- sobre la enfermedad; los esfuerzos son asilados y principalmente de organizaciones no gubernamentales.

El Centro Nacional de Epidemiología (CNE) indica que el 22 por ciento de las personas con VIH en Guatemala son mayas, un dato que refleja que el riesgo de adquirir VIH está aumentando entre los pueblos originarios.

De esa forma, no considerar las barreras idiomáticas en las campañas de prevención supondría que una buena parte de la población está privada de información que puede marcar la diferencia entre la vida o muerte.

Pero el problema es aún mucho más complejo; aunque en menor número, también se estima que existe un amplio desconocimiento de la enfermedad entre los hispanohablantes y alfabetos, lo que refleja que las campañas de prevención no están cumpliendo su objetivo.

Además, existen mitos sobre el VIH que confunden a la población y les alejan de una comprensión clara del problema. López indica que aún hoy existe la creencia popular de que se trata “de una enfermedad de gays o de trabajadoras sexuales”, cuando realmente es un problema general.

Se estima que el 73 por ciento de mujeres que viven con VIH lo han adquirido con una pareja estable, lo que deja claro que se trata de una epidemia en expansión y alcanza a personas de orientación heterosexual, explica López.

VISIBILIZAR LO OCULTO

Rodrigo Pascal, asesor de Derechos Humanos y Género de ONU/sida, señala que actualmente se realizan los esfuerzos necesarios junto con el Gobierno para visibilizar la enfermedad,  particularmente en las zonas rurales en donde los sistemas de salud no han llegado y no se cuenta con los recursos necesarios para comprender y prevenir el contagio del VIH.

Deben hacerse campañas de prevención con pertenencia cultural; estas estrategias deben realizarse con los lenguajes de cada localidad y entendiendo la cosmovisión de las comunidades que son el objetivo de la campaña, refiere el experto.

Pascal dice que normalmente las instituciones encargadas de abordar el tema de VIH realizan documentos y escrito para su público objetivo, pero no se consideran las  barreras que dificultan la transmisión de los mensajes y finalmente no se consigue el objetivo de informar a la población.

El experto indica que para reducir la cantidad de personas infectas en las comunidades rurales es necesario que se adecúen a la pertinencia cultural de los pueblos, pues esto permitirá que se encuentren informados de qué se trata el VIH y cómo combatirlo.

LAS VÍCTIMAS

El CNE del Ministerio de Salud indica que de los casos registrados, el 56 por ciento son hombres, mientras que el 44 por ciento restantes son mujeres.

A nivel nacional se estima una tasa de 3.38 casos por cada 100 mil habitantes. Del total de personas registradas, el 67 por ciento reside en nueve departamentos.
 
Según el CNE los departamentos que presentan tasas por arriba de la tasa a nivel nacional son: Retalhuleu (11.89), Escuintla (10.19), Zacapa (7.55), Quetzaltenango (6.69), Petén (6.64), Suchitepéquez (6.24), Santa Rosa (5.10), Chiquimula (4.74) y San Marcos (4.69).

Mientras que el grupo de edad más afectado por la enfermedad se encuentra entre las edades de 25 a 29 años siendo el 21 por ciento de estos casos, sin embargo, entre el rango de edad de 20 a 39 años se encuentra el 58 por ciento del total de los casos, el 7.1 por ciento tienen de uno a cuatro años y un 5 por ciento corresponde a las edades de entre 15 a 19 años; este último grupo pudo adquirir la enfermedad en los últimos siete años.

En el grupo de edad de cinco a nueve años, la relación hombre-mujer es de 5 a 1 y en el grupo de 60 a 64 años, es de 4 hombres por cada mujer.

Aunque reconoce los grandes retos que todavía se deben afrontar para visibilizar la epidemia, López estima que también hay importantes avances en el combate del VIH y el sida.

“Estamos empezando a dar los pasos a través de la unidad de pueblos indígenas, para poder llegar y vincular todos los temas” de salud que se ven involucrados en la enfermedad, señala.

Desde junio del año pasado se cuenta con el “Plan Estratégico Nacional para la Prevención, Atención y Control de ITS -enfermedades de transmisión sexual-, VIH y sida”, el cual establece una serie de proyectos y programas para atender a la población y específicamente a los grupos más vulnerables.

Según la coordinadora de Conasida, es importante que los guatemaltecos tomen conciencia de lo que implica el VIH y sida, ya que el problema de los subregistros y cifras ocultas de la enfermedad tienen relación con el desinterés en el tema.

Aunque se ofrecen exámenes gratuitos y se insiste en la prevención, los resultados no serán los esperados  si la población no responde y toma conciencia sobre este problema.

 “No podemos obligar a la gente a que se haga la prueba”, puntualiza López.

*Con información de Eder Juárez.

ONU
Conmemoración

En 1998 la Asamblea General expresó su profunda preocupación por el hecho de que el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) había adquirido proporciones de pandemia. Al tomar nota de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado Día Mundial del sida el 1° de diciembre de 1998, la Asamblea destacó la importancia de la observancia adecuada de esa ocasión (resolución 43/15). En la actualidad, más de 40 millones de personas están afectadas por el VIH/sida.

ONUSIDA
Recursos importantes

Según  la Organización de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), Guatemala cuenta con recursos y apoyo internacional para dar respuesta al VIH. Desde el año 2004, el país ha recibido 67.5 millones de dólares del Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

Los organismos de cooperación bilaterales continúan apoyando al país para llegar a cero. Por aparte, ONUSIDA ha seleccionado a Guatemala como País de Alto Impacto, lo que implica una importante movilización de recursos técnicos y financieros para apoyar y mejorar la respuesta. A la vez, la sociedad civil está cada vez más fortalecida y aportando a esta respuesta nacional.

Junto a estos esfuerzos, ONUSIDA propone un nuevo marco de inversión basado en la evidencia, herramienta que permite identificar las áreas de inversión con mayor impacto en la epidemia e identificar dónde los recursos invertidos han sido ineficientes. Entre las acciones urgentes están la oferta de pruebas de VIH y la implementación de estrategias para reducir la transmisión del VIH en hombres que tiene sexo con hombres, mujeres trans, trabajadoras sexuales, jóvenes en riesgo social y personas privadas de libertad.