Está visto que las leyes que pongan para frenar la ola delincuencial en Guatemala están muy por debajo de las expectativas de lo prometido en campaña por el Presidente, en los tiempos que estamos viviendo bajo el yugo de los maleantes más conocidos y por conocer, tenemos que decir a todo que sí porque, de lo contrario te amenazan o en el peor de los casos te matan.
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Si los agarran los meten a la cárcel por unos días y como no hay quién pida contra ellos a los pocos días los sueltan por falta de pruebas, aunque los hayan agarrado con las manos en las bolsas de quienes fueron sus víctimas.
Los motorratones, conocidos por estar asaltando en moto en compañía de otro delincuente, se sienten libres de hacer lo que quieran porque las autoridades no hacen su trabajo y, lo peor de todo es que ahora, no solo te roban sino que, si no tienes nada, de bravos, te matan y se van tan tranquilos como si nada.
No hay necesidad de poner chalecos de colores, con números, y con toda clase de identificación porque, a la hora de que estos malosos cometen el delito, la policía nunca los encuentra, por más que busquen o hagan el mate de que lo hacen.
Yo pienso como muchas personas que en estos momentos se debe aplicar la pena de muerte, para poder mermar en algo la delincuencia, la extorsión, las violaciones a menores y todas esas atrocidades que nos están agobiando.
Por qué tener a tanto delincuente en las cárceles, gastando tantos millones para darles de comer y mantenerlos a salvo de otros de su especie que de seguro les tienen miedo al igual que nosotros les tememos a ellos.
Dirán, algunos, este que escribió esto no sabe lo que dice o no tiene sentimientos, no, lo que pasa es que ya estamos cansados de tanto ofrecimiento de llevar las leyes como es debido, pero hasta el momento para los únicos que hay leyes es para los delincuentes, porque si se tiene suerte y se agarra a uno y se le da su merecido luego llega la Policía y dice que lo que se está haciendo está fuera de la ley, en cambio para ver por los desvalidos o las personas honradas que han sido violentadas, para ellas no existe tal derecho.
Dicen que la pena de muerte persuade a muchos a ya no cometer más delitos, y posiblemente sea así, en Guatemala estamos entre los primeros lugares de los países más violentos y porque los políticos son tan sucios como los delincuentes mismos, por eso estamos en la ruina en materia de leyes, seguridad y política.
Presidente, usted dijo una vez en su ofrecimiento político, que iba a imponer mano dura contra la delincuencia, pero la verdad es triste ver como la mano dura nunca apareció para castigar a los malos, pero sí apareció para pedir préstamos, para disolver manifestaciones, para castigar a los que critican su mal trabajo junto a sus funcionarios, que, como el anterior gobierno no han hecho más que criticar a los anteriores gobiernos juzgando lo que ahora ustedes están haciendo.
Queremos seguridad, queremos salir de nuestras casas con la esperanza de poder volver a las mismas sin haber sido asaltados o maltratados por los delincuentes que pululan por todo el Centro Cívico sin que las autoridades hagan algo al respecto.
Hago un llamado a todos los guatemaltecos honrados y trabajadores para que nos unamos y hagamos sentir y oír nuestro clamor por una Guatemala mejor y sin delincuencia, es cierto lo malo no se va a acabar porque nosotros lo vamos a permitir.
Como reza el dicho ‘‘EL VALIENTE VIVE HASTA QUE EL COBARDE LO PERMITE’’, dejemos la cobardía por un lado y hagámosle saber a Guatemala que por ella vamos a luchar si es posible hasta la muerte.