El triste papel de los voceros


La primera norma que debiera aprender todo aquel que por necesidad, oportunidad o vocación se hace cargo de la delicada misión de servir de enlace entre una entidad u organismo y la opinión pública, es aquella que por las circunstancias repetimos muy seguido en Guatemala: «No se puede tapar el sol con un dedo». Lo anterior es por demás importante y aún más valiosa cuando se requiere de información clara, precisa y verí­dica en casos de emergencia ya fuera en accidentes graves o cuando se viven las actuales consecuencias de la erupción del volcán de Pacaya y la tormenta Agatha en nuestro paí­s.

Francisco Cáceres Barrios

Por consiguiente el vocero de una entidad responsable de asuntos especí­ficos no puede afirmar, así­ por que sí­, que el nombre de una de las ví­ctimas del accidente aéreo recientemente ocurrido en la ciudad capital sea completamente distinto al que realmente falleció, dado que el error cometido bien pudo provocar tremendo drama familiar e incluso haber generado otro tipo de consecuencias. Tampoco el vocero de una entidad descentralizada del gobierno central, puede afirmar a voz en cuello que el 50% la ciudad capital está limpia de la arena que cayó sobre la misma durante la erupción del volcán Pacaya, cuando los vecinos que atravesamos la ciudad de norte a sur, de oriente a poniente y viceversa, en los momentos de escuchar tal afirmación por la radio y luego la leemos en medios escritos, constatamos que dicha afirmación no es más que una tremenda mentira. Podrí­an aducir los voceros que se han visto «obligados» a decir lo que en realidad no existe o dar otra excusa similar sin embargo, debieran hacerle ver a quien le haya dado tan absurda orden, que está cayendo en graví­simo error, pues literalmente se lleva entre los pies a la misma entidad, también a quien la dirige y a todos los miembros de la misma, pues la verdad queda a la vista más temprano que tarde. Un ejemplo de lo anterior ocurrió recientemente cuando un dí­a el vocero de la entidad responsable de no estar dotando de agua potable a la ciudad aseguró que en 48 horas dicho servicio quedarí­a restablecido sin embargo, tres dí­as después ha vuelto a decir exactamente lo mismo, dejándolo mal parado y totalmente desprestigiada a la entidad que representa. Es sabido por todos que la diferencia entre el hombre y los demás animales radica en su inteligencia, de ahí­ que el primero requiera elegir bien para no acabar mal; respetar la realidad; respetarse a sí­ mismo; abrir bien los ojos y aprender a mirar. Todo ello es forzosamente necesario si se quiere hacer el bien y evitar el mal. De ahí­, la necesidad imperiosa porque los voceros siempre actúen dentro de principios eminentemente éticos, comportándose dentro de una conducta digna en busca de lograr el bien y desarrollando el arte para conseguirlo.