El transmetro no es una mala idea, pero no está funcionando como se esperaba. Algunos dicen que la solución pasa por un enfoque metropolitano y no solo capitalino, lo cual en parte tiene algo de cierto. Otros dicen que si la ley de expropiaciones fuera más ágil se podrían ampliar las avenidas para que los vehículos transiten con más holgura. Esta postura también tiene algo de cierto.
Sin embargo, el problema principal es la excesiva centralización del Estado guatemalteco, a lo que se suma la falta de un sistema de transporte colectivo de primera calidad pues, como hemos aprendido todos en carne propia, esta es la tierra ?en todo sentido? del sálvese el que pueda?
El centralismo es un problema heredado de la época colombina, al punto que no es exagerado afirmar que la estructura del Estado sigue funcionando a la usanza colonial, con un centro que succiona los recursos del resto del país, por lo tanto, es el punto principal a nivel político, económico, social y cultural, lo cual evidentemente beneficia a una minoría pero perjudica a la gran mayoría. Ilusamente, todo mundo va tras las luces del centro, sin saber que detrás acecha la trampa.
El transmetro ?como una solución colectiva urbana? llegó veinte años tarde. No importa cuantos arreglos o ajustes se hagan al tránsito vehicular, de todas maneras la población seguirá concentrándose en la capital y sus alrededores, porque aquí están las fuentes principales de trabajo o de trámite gubernamental, legislativo y judicial. A menos que la fuerza de gravedad del centro disminuya en beneficio de un plan de desarrollo multipolar, la ciudad seguirá ahogándose en su laberinto, entre tanto, los urbanistas empezarán a planear pasos aéreos o avenidas y calles de doble piso, llenando de concreto, vehículos, contaminación, delincuencia, maras y de todas las lacras (incluyendo déficit de agua, pero superávit de basura) que han estado convirtiendo a la otrora tacita de plata en un lugar sórdido donde reina la desesperación.
El sistema vial que interconecta a la capital con los departamentos es anacrónico. ¿Qué pasaría si hoy colapsara el puente Belice?
Es necesario empoderar el sistema regional del país e interconectar con prisa las diferentes regiones entre sí, primero, para fomentar el intercambio socioeconómico hacia adentro, segundo, para detener la migración hacia el centro y, tercero, para distribuir el poder político, económico y social.
Descentralizar, desconcentrar y democratizar el país debería ser la consigna. Incluso, este es un asunto que trasciende las ideologías, que tiene más de búsqueda de alternativas para el bien vivir, que sería absurdo no comprometerse con un nuevo modelo en el que todos saldríamos ganando, pues tendría como prioridad al ser humano.
Ya no finjamos demencia. Es necesario reconocer que todo el andamiaje estadual ha dejado de cumplir con los fines para los cuales existe. Hay que hacer cambios a nivel político, económico, social, promoviendo la interculturalidad y la responsabilidad social.
De seguir por el mismo camino, el departamento de Guatemala seguirá concentrando más población, cual un averno social del cual, sinceramente, yo me quisiera bajar. ¿Y usted?