El tiempo perdido


No existen personas que mirando en retrospectiva su vida no se digan porqué no realicé de forma distinta parte de mis acciones. Quienes hemos tenido el honor y la responsabilidad de desempeñar puestos de elección popular somos quienes con más intensidad nos analizamos y nos cuestionamos por no haber hecho más o por no haber hecho de distinta manera algunas de las cosas realizadas, seguramente por ello es que somos crí­ticos no sólo con nosotros mismos sino con quienes hoy tienen el privilegio y la responsabilidad de guiar los destinos de la nación.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Las circunstancias mundiales, la inflación, la recesión, el incremento de la delincuencia, la falta de recursos y como consecuencia la falta de un adecuado sistema educativo, de salud, de infraestructura, nos estimula a insistir ante el gobierno a no perder el tiempo.

Cuatro años transcurren rápidamente, el primer año de gobierno es el año en que aceleradamente deben de iniciarse las acciones de mejoramiento, de cambio, de lucha, buscando el bien común.

Los partidos polí­ticos en nuestro paí­s siguen una curva en su existencia y quienes ejercen el gobierno se encuentran en su punto más alto. Ningún partido ha logrado convencer a la mayorí­a de los ciudadanos que se les renueve su mandato, por ello, quienes gobiernan no deben considerar que tendrán cuatro años más.

Los primeros meses son determinantes para decidir, para iniciar las acciones que permitan tener los recursos económicos y humanos que implementen ese obligado combate a la pobreza, al hambre.

El Presidente, el Vicepresidente, el Gabinete de gobierno deben saber que quedar bien con todo el mundo es imposible; el liderazgo, el mandato recibido los obliga a decidir y actuar oportuna y prontamente, si se equivocan tienen la posibilidad de rectificar y enmendar pero si no deciden, ni siquiera se puede decir que se equivocaron.

Como seres humanos, como polí­ticos, indudablemente quieren tener la mayor cantidad de aciertos posibles, pero el tiempo es determinante en la implementación de las ideas y de los programas.

La filosofí­a nos ayuda a desarrollar nuestra capacidad de interpretación y de conocimiento, pero los filósofos tienen toda la vida para pensar y analizar, los polí­ticos, en los puestos de gobierno, tienen cuatro años para actuar, tienen un plazo perfectamente determinado, no pueden actuar como lo hace el sector privado que puede trazar planes de medio y largo plazo e incluso no comprometerse y entretener al gobierno.

La UNE presentó un plan de gobierno y el tiempo transcurre inexorablemente, cada dí­a es un dí­a menos, esto implica que la búsqueda de consensos, de entendimientos tiene un lí­mite. La carga tributaria debe elevarse, la inseguridad no puede continuar creciendo, la educación y la salud deben de mejorarse con planes concretos, la infraestructura, la producción agrí­cola -especialmente la alimenticia- tienen que arrancar desde el principio del invierno si queremos ver resultados en el verano y para todo ello este año es el año en que se determina no el presente sino el futuro del actual gobierno y su partido UNE.

Señores Presidente, Vicepresidente, Ministros decidan, actúen y manden ahora porque si se equivocan en el inicio, todaví­a tienen tiempo de rectificar y volver a mandar.