Carlos Enrique Mencos, Contralor General de Cuentas (CGC), está por llegar al punto final de su gestión como jefe de una de las instituciones modernas del Estado, que lleva sobre los hombros la responsabilidad de vigilar con celo el gasto público. Durante una entrevista Mencos hace un resumen de los logros que alcanzó y los que se le escaparon de las manos durante cuatro años.
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LH: A dos meses para que deje la gestión del Contralor ¿cuáles fueron sus grandes logros?
R: Talvez no fueron mis grandes logros, pero sí logros institucionales gracias a una visión de país, de la institución y por supuesto, del trabajo. Al llegar en octubre de 2006, lo primero que hice fue ver qué tipo de evaluaciones existían y me encontré con la sorpresa de que estaban concluyendo un estudio de evaluación hecho por la firma KPMG contratado por la Agencia Internacional de los Estados Unidos para el Desarrollo -USAID Guatemala-, para ver cuál era la situación de rendimiento de la institución. Me presentaron el informe en el cual mostraba notas bajas, que en promedio estaban en 51%. Lo que hice en apoyo de esa evaluación fue diseñar tres políticas para mi gestión: la primera orientada al fortalecimiento de la fiscalización, la probidad y la transparencia; la segunda, fortalecimiento de la institución y tercera fomento de la participación ciudadana. En ese sentido se desarrollaron una serie de ejercicios orientados a fortalecer las áreas de tecnología, recursos humanos, área administrativa, producción de resultados en auditoría gubernamental.
LH: ¿Cómo avanzaron los indicadores?
R: En un nivel importante de satisfacción. A junio de 2008, la eficiencia estaba en un 75%, en una medición de la misma firma. Hace unos seis meses tuve una reunión con los señores de USAID, con el propósito de que se hiciera un nuevo ejercicio de ese tipo, estimando que a finales del año 2009, al ritmo que llevamos, el nivel de eficiencia estaba en un 82%.
LH: Los grandes obstáculos…
R: Me encontré con una estructura administrativa débil, con casi 50% del recurso humano bajo el renglón 021 -personal supernumerario- y el renglón 031 -que son jornales-. Era inaceptable que una institución con tanta seriedad y la responsabilidad que tiene al amparo de lo que establece la Constitución, contara con auditores que tuvieran esos títulos. Me preocupé en velar e implementar acciones que orientaran a la institución a tener un esquema organizativo sólido, fuerte, de puestos y salarios adecuados. Hoy por hoy, la Contraloría es casi la única institución a nivel de Gobierno en que todo su recurso humano, presta sus servicios con carácter permanente.
LH: ¿Qué temas institucionales y casos específicos deja pendientes?
R: El fortalecimiento de la Ley y de las diferentes áreas donde hay vacíos que permiten a un funcionario o empleado público utilizarlos para seguir generando dudas en la gestión, como el tema de los fideicomisos, utilización de ONG, utilización del artículo 44 de la Ley de Contrataciones, el artículo 51 de la misma ley, en el sentido de que no establece plazos para la prórroga del contrato. Hay muchas cosas que podrían rescatarse y que le daría mayor fuerza a la institución. Tenemos el tema de los auditores internos de las instituciones, donde a mi criterio, el auditor, para que tenga independencia, debe estar de alguna manera amarrado a una decisión de la Contraloría, del Contralor o la instancia que se requiera, pero siempre dentro de la institución para protegerlo de su trabajo y evitar que esté a merced de la decisión arbitraria de jefes, ministros o directores, y que no le permitan tener independencia.
LH: Hubo muchos casos en que se cuestionó la falta de respuesta de la Contraloría General de Cuentas, si en caso se ordenaron las investigaciones, ¿qué falló?
R: Estamos ante una situación bastante complicada porque cada vez se ensayan diferentes modelos de ejecución. El tema de los programas presidenciales ha sido un dolor de cabeza; no estoy calificando si son buenos o malos, lo que sí es cierto es que en la medida que un mayor número de actores participan en los procesos como beneficiarios de un programa de Gobierno, es mucho más complicado fiscalizar. Tener que desplazar auditores a las comunidades más lejanas o tener que aceptar la información que se nos proporciona… Hemos tratado de ir utilizando al máximo las herramientas electrónicas. Debemos reconocer el esfuerzo y el trabajo que la diputada Nineth Montenegro ha hecho en este tema, hemos tratado de complementarnos; lamentablemente, tampoco tiene el tiempo suficiente para discutir los diferentes temas. En la medida que hay más programas, más actores, la Contraloría se expone más a ese escrutinio y a esa calificación, esperando que a través del tiempo se vayan fortaleciendo sus mecanismos y que de parte de las autoridades traten de desarrollar procesos que establezcan diferentes niveles de responsabilidad y evitar hacer ese tipo de programas que son muy complicados para auditar.
LH: De todos los entes del Estado, los gobiernos locales son los más señalados de incumplir la Ley ¿Qué se debe hacer legalmente para penetrar esa autonomía, obligar a rendir cuentas sin que se ponga la muralla?
R: La autonomía les da esa fuerza legal para hacer algunas cosas de manera diferente de como hacen otras instituciones públicas, sin embargo yo siempre he dicho que los recursos no tienen autonomía. El problema es que son demasiado cortoplacistas y la gestión de un alcalde significa que va a haber un equipo de trabajo cuatro años, y dentro de cuatro siguientes hay un cambio total de quien toma decisiones, muchas veces sin mayor experiencia y muchas veces con un alto contenido de clientelismo político. El problema aquí en Guatemala no sólo es en el tema de los alcaldes; diría que en la medida que el financiamiento de los partidos políticos sea más claro vamos a lograr más cosas, como dicen en mi pueblo «no hay pan gratis».
LH: ¿Esto imposibilita iniciar procesos legales?
R: Por ejemplo, en el tema de los fideicomisos es imposible que yo vaya con el fiduciario y le exija me dé información; tengo que ir con la entidad que contrató el fideicomiso para pedirle que ésta solicite al banco que me dé la información necesaria porque nosotros no tenemos la capacidad legal de poder entrar al banco y exigirle que de primera mano den la información que necesitamos. De hecho hemos presentado un número importante de denuncias por fideicomisos, pero orientadas al gerente de la institución que está haciendo el trabajo de adjudicación de los proyectos.
LH: ¿Se dice que los auditores no siempre son objetivos y a veces son complacientes, y no reportan lo que deberían, qué opina al respecto?
R: Es una situación compleja, pero hemos superado en alto porcentaje esa situación. Tampoco puedo decir que no puede haber, como en todo mercado laboral, desde auditores considerados muy duros, hasta auditores considerados muy blandos en su actuar; quizá no tienen carácter suficiente. Hemos tratado de ir orientando la actitud o el accionar de los auditores diciéndoles que deben tener objetividad; deben tener olfato de auditor para identificar las áreas más vulnerables donde pudiera haber menoscabo o riesgo en el uso de los recursos. Al examinarlos, en forma de auditoría, puedo ver hasta el lenguaje en que se expresan los auditores.
LH: ¿Por qué en Guatemala no se logra saber cuánto gasta un Presidente y su comitiva en viajes o es extremadamente difícil conocer a cabalidad los gastos que hace este Gobierno en sus programas sociales, por mencionar dos ejemplos, si los fondos se pagan con el dinero de los guatemaltecos?
R: Como no, si alguien necesita saber cuánto se han gastado cada uno de los programas sociales la información está ahí. En el tema de los gastos presidenciales también está el problema que eventualmente podría darse y es que no tenemos un programa específico que diga «Gastos de Presidente», tiene un presupuesto la Presidencia de la República, pero tiene varias áreas.
LH: Ni la contraloría da esos datos, ¿por qué?
R: Nadie me los ha pedido. Si me preguntan cuánto han gastado los programas presidenciales los tenemos actualizados y si me preguntan cuánto ha gastado la Presidencia de la República en boletos aéreos, también está el renglón presupuestario correspondiente. Si me preguntan cuánto ha gastado de viáticos también está el rubro y podríamos profundizar la investigación para hacer un ejercicio de los últimos tres Gobiernos o del Gobierno actual en particular, que perfectamente la información está, el Sistema de Contabilidad Integrada permite ver los datos que se reportan en el Presupuesto.
LH: Es vox pópuli las comisiones en dinero que se pagan en los contratos estatales, tanto por otorgarlos como por pago de la institución al contratista ¿por qué nunca se logra probar nada al respecto?
R: Es bien complicado el tema del clientelismo político y los modelos de gestión, creo que aquí debiéramos entrar a profundidad en cerrar esos espacios. Ahí solamente la Instancia de Verificación Especial que puede monitorear las cuentas bancarias. Nosotros vemos documentos, contratos elaborados y pagos hechos de la entidad pública al contratista, pero no más allá. Para mi el ideal, aparte de Guatecompras o cualquier publicidad o publicación que se haga en los medios de comunicación, es que se pudiera habilitar un salón en el cual se desarrollarán todos los procesos de licitación y cotización, darles el tiempo suficiente los documentos y las bases a los oferentes para que todos puedan participar y que ahí mismo los que no están conformes presenten sus inconformidades. Estamos tratando de ver como se reducen los tiempos para hacer una administración más ágil y evitar la contratación de intermediarios, si digo para eso, sería necesario que les den 30 días más a los que van a ofertar, pareciera ser como que el discurso se está contradiciendo en relación a la propuesta de no utilizar intermediarios
LH: ¿Y la mala calidad de la obra o mal uso de los recursos se ha logrado evidenciar?
R: Eso sí es responsabilidad nuestra. Tenemos gran cantidad de denuncias, formulaciones de cargos que se han presentado cuando los auditores han elaborado el dictamen.
LH: ¿Para cumplir mejor la función de la CGC, faltan herramientas legales, presupuesto o voluntad?
R: En mi gestión voluntad no faltó. Presupuesto, claro que faltó, en que en la medida que tengamos mayor número de auditores se va a poder hacer un trabajo mejor, sin embargo mencionaba que la idea un poco es ir utilizando las herramientas electrónicas para hacer un alto porcentaje del trabajo. Creería que en el tema de las herramientas legales, debe haber normas presupuestarias que cierren esos espacios. Yo le sugería a la señora diputada Rosa María de Frade de la comisión de Transparencia que se reformara el artículo 44 de la Ley de Contrataciones del Estado y otras normas, hemos tratado de irnos complementando para ver como el Congreso le da atención a esos gritos de angustia que he tenido, que son donde más problemas hemos identificado.
LH: ¿Qué mensaje le puede dar a los guatemaltecos que piensan que Guatemala es el país del eterno secreto en negocios estatales?
R: Que los guatemaltecos debiéramos retomar oxígeno y que participemos todos en propuestas y aportes ciudadanos, no dejar la responsabilidad en otras instancias o en otros grupos. No podemos consumirnos y doblegarnos diciendo: ya es imposible Guatemala, no se puede.
LH: ¿Se va satisfecho?
R: Satisfecho porque creo que dejo una institución lo suficientemente sólida, muy fuerte para que pueda desarrollar procesos sostenibles, por supuesto con el acompañamiento de otras instituciones como el Congreso de la República y el Ministerio de Finanzas, que deben emitir normas que vayan relacionadas para evitar la generación de deuda flotante, emitir normas que vayan orientadas a que el funcionario público debe sujetarse estrictamente a lo que establece la ley y evitar la proliferación de modelos de gestión que lo único que causan es dudas. Me voy agradecido, aunque a muchos no les agrada cuando los critican, pero a mi sí, porque me fortalece y me hace ver que soy humano y que cometo errores y en ese andar tenemos que enmendar los desaciertos y fortalecer los aciertos.