Gordon Brown anunció que tendrá «nuevas prioridades» tras ser nombrado este miércoles nuevo primer ministro británico en sustitución de Tony Blair, para quien cayó definitivamente el telón tras diez años.
A su llegada a la sede del primer ministro, en Downing Street, Brown, escocés de 56 años, prometió «un nuevo gobierno con nuevas prioridades». «Tengo el privilegio de tener una magnífica oportunidad para servir a mi país. Seré fuerte en mi empeño, firme, resuelto en acciones al servicio de las cuestiones que preocupan a los británicos», dijo ante los periodistas.
Blair había presentado oficialmente su dimisión a la reina Isabel II a primera hora de la tarde en el palacio de Buckingham, en una audiencia privada.
No ofreció declaraciones ni entonces, ni al abandonar Downing Street, acompañado por su esposa Cherie.
El hasta ahora ministro de Finanzas, Gordon Brown, fue convocado por la reina minutos después para serle confiado el puesto de primer ministro, el undécimo de su reinado.
Por 318 y última vez, un Tony Blair visiblemente emocionado respondió a mediodía a las preguntas de los diputados, que le despidieron en pie con una gran ovación al final de la sesión de control semanal en la que los dirigentes de la oposición le rindieron homenaje.
Blair tuvo que volver a defender su decisión de mandar tropas a la guerra de Irak, sombra en el balance de uno de los políticos más brillantes de su generación.
No se excusó, pero se dijo «verdaderamente desolado por los peligros a los cuales están confrontados los soldados en Irak y Afganistán».
«Sé que algunos podrían pensar que se enfrentan a peligros en vano. No lo creo y nunca lo creeré así», añadió.
A su regreso a Downing Street para decir adiós al personal de la sede del primer ministro, Blair se encontró con una menos calurosa despedida de familiares de soldados muertos en Irak.
«Quiero asegurarme de que se va. Tenemos que cerrar este capítulo. Tengo que verle salir en carne y hueso», explicó Donna Mahoney, viuda de 44 años, mostrando la foto de su marido Peter, fallecido en 2004 al concluir una misión en Irak, como otros 151 militares británicos desde la invasión del país en el 2003.
Y mientras las especulaciones continúan sobre su inminente desigación como enviado del Cuarteto para Oriente Medio (Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y Nacions Unidas), Blair afirmó que la «solución de dos Estados», Israel Y Palestina, es su «prioridad absoluta» para resolver el conflicto.
Eso obligará a «una gran intensidad de trabajo y concentration», precisó, mientras el primer ministro irlandés, Bertie Ahern confirmó el miércoles que Blair estaba listo para asumir el cargo.
«Os deseo a todos buena suerte, amigos o enemigos. Ya está, se acabó», fueron sus últimas palabras a los parlamentarios.
Por su parte, Gordon Brown acudió radiante a la cita en palacio, un momento que esperó desde hace años. También marchó acompañado por su mujer, Sarah, tras ser despedido con un largo aplauso por los funcionarios del ministerio de Finanzas, que dirigía desde hace diez años.
Brown se convierte en primer ministro sin elecciones, en su condición de nuevo jefe del partido mayoritario en la Cámara de los Comunes.
Menos carismático que su precedesor, este austero hijo de un pastor escocés se presenta como un político determinado a afrontar «el desafío del cambio», ejercicio difíl tras una década como hombre del gobierno de Blair, con quien no obstante se fue distanciando después de trabajar codo con codo para hacer resurgir al laborismo y llevarlo al poder en 1997.
Brown prometió un cambio de estilo, más discreto, como lo está siendo sobre sus prioridades en su nueva responsabilidad. No obstante, se espera que anuncie inminentemente su nuevo gobierno, aunque los analistas no esperan cambios mayores en la política británica.
Una tarea principal de Brown será ganar apoyo popular de cara a las legislativas previstas para el 2009, para las que los sondeos pronostican una victoria de los conservadores.
Este miércoles por la tarde, Blair tenía previsto ir a su circunscripción de Sedgefield (noreste), donde también puede anunciar su dimisión como diputado si se confirma su misión internacional en Oriente Medio.
Su adiós se ha prolongado meses desde que en septiembre pasado, ante la impaciencia de los laboristas del entorno de Brown, anunció que dejaría el cargo antes de un año, una fecha que concretó y fijó para este miércoles hace siete semanas, el 10 de mayo.