El Teatro Solí­s de Montevideo abre sus puertas para mostrar su modernización


El célebre Teatro Solí­s, de Montevideo, lució las galas que lo vestí­an en el siglo XIX, en donde era centro del lujo uruguayo.

Mujeres vestidas a la usanza de mediados del siglo XIX reciben a los visitantes al Teatro Solí­s de Montevideo, que ayer celebra 152 años con una recorrida por las obras de sus cañones laterales, que serán inauguradas el 2 de octubre, así­ como por la sala principal, reinaugurada en 2004.

Yanina Olivera

La remodelación de los dos cañones laterales, iniciada a principios de 2007, incluye salas de ensayo para la Filarmónica de Montevideo y para la Comedia Nacional, un escenario secundario polivalente, cómodos vestuarios, centro de documentación, restaurante, oficinas y sala de exposiciones.

Marcia, una joven guí­a, acompaña a los visitantes, entre los que se incluyen turistas extranjeros. «La sala de ensayo de la Filarmónica tiene las mismas dimensiones que la caja acústica del teatro», afirma mientras muestra el lugar tapizado con paneles de madera.

El público transita por pasillos, vestí­bulos, camerinos, salas e incluso los entretelones de los ensayos de «Il Trovatore», de Giuseppe Verdi, que inauguró dí­as atrás la temporada de ópera en Montevideo.

Asimismo, Marcia destaca la belleza y modernidad del escenario secundario «Zavala Muniz», «una sala polivalente para unos 350 espectadores con butacas removibles, que tendrá una disposición circular, bifrontal y frontal».

En el nivel inferior a esta sala, estará el Centro de Documentación, Investigación y Difusión de las Artes Escénicas (Ciddae). También habrá una sala especial para exposiciones y eventos.

La recorrida por las obras permite imaginar comodí­simas y moderní­sisimas instalaciones, que contrastan con la fachada del Teatro Solí­s, inaugurado el 25 de agosto de 1856 con la presentación de la ópera Ernani, también de Verdi, representada por la compañí­a Lorini y la soprano Sofí­a Vera Lorini como primera figura.

Desde entonces, por sus tablas pasaron celebridades mundiales, como las sopranos Luisa Tetrazzini (1875) y Adelina Patti (1880), y los tenores Francesco Tamagno (1896) y Enrico Caruso (1903).

Albergó a Carlos Gardel e intérpretes teatrales como Eleonora Dusse, Marí­a Guerrero, Margarita Xirgú, Marí­a Casares, Diana Torrieri, Vivien Leigh, Madeline Renaud, Anna Proclemer, Ruggero Ruggieri, Louis Jouvet, Jean-Louis Barrault, John Gielgud, Michael Redgrave, Vittorio Gassman y Ralph Richardson.

Recibió a las compañí­as de Berta Gersten, Lola Membrives y Josephine Baker y los espectáculos de Arthur Rubinstein, Isadora Duncan, Andrés Segovia, Anna Pavlova, Alexander Godunov y Marcel Marceau, entre otras tantas estrellas.

Hasta que en 1998 el teatro -que hoy, igual que el primer dí­a, exhibe en el frontispicio un emblema con un sol naciente y enciende la linterna roja de su cúspide cuando hay función- debió cerrar sus puertas, muy venido a menos, debido a un incendio que precipitó su restauración.

La obra comenzó por el cañón central de unos 15 mil metros cuadrados, proyectada por los arquitectos Carlos Pascual y Alvaro Farina, a un costo de 14 millones de dólares.

Tras la reinauguración el 25 de agosto de 2004, la Intendencia Municipal de Montevideo -que adquirió al teatro Solí­s en 1937 de una sociedad de accionistas- invirtió otros 5 millones de dólares en la remodelación de los cañones laterales, que abarcan unos 6.200 m2.

En este aniversario, en el edificio central, con sus impresionantes arañas de esplendoroso cristal y los brillantes pisos de mármol y de lapacho lustrado del foyer, dos actrices reciben a los visitantes y les regalan un breve espectáculo que combina el humor con la historia de este hermoso teatro.