El sueldo del Presidente es lo de menos


Seguramente voy a desentonar con el coro de opiniones derivado del hito noticioso en que el presidente Colom es de los mandatarios mejor pagados de América, segundo después del presidente Obama de los Estados Unidos, ya que en la práctica es mucho más importante la calidad y cantidad de trabajo que realicen. Lo digo por experiencia, llevo muchos años de ver remuneraciones muy superiores a los 20 ó 35 mil dólares mensuales las que a la hora de cuantificar resultados, resultan ser de lo más satisfactorios, todo lo contrario a lo apreciado en nuestros funcionarios. Creo que si al menos a estas alturas Colom y Espada hubieran cumplido su palabra empeñada de eliminar la delincuencia con «inteligencia», estarí­amos anuentes hasta de firmarles un memorial avalando su solicitud de aumento de sueldo ¿O no estarí­amos felices y contentos por haber recobrado la paz y la tranquilidad tan añorada?

Francisco Cáceres Barrios

Imagí­nese estimado lector, ¿cuál serí­a su estado de ánimo si después del arduo trabajo realizado en sus dos primeros años, Colom y Espada tuvieran a sus colaboradores bajo control, de tal manera que cada centavo gastado esté siendo orientado a lograr el bien común y no mal empleado para fines eminentemente electoreros o para pagar agradecidos intereses por el financiamiento de su campaña electoral? Veamos, ¿cómo se sentirí­a usted si la corrupción e impunidad a estas alturas fueran por la ví­a de la extinción?, ¿no estuviera dispuesto a concederles un viaje vacacional por un par de semanas acompañados de multilingí¼es secretarias y asistentes?

La verdad es que al pueblo lo que más lo entristece y molesta es que nuestro paí­s ande ocupando ese segundo lugar, comparando remuneraciones presidenciales, en cambio tan solo por milésimas nos escapamos de ocupar el último en cuanto a logros alcanzados y con esto más, que no solo hay que ver lo que mensualmente nuestros mandatarios perciben de dinero en efectivo, sino que a ello hay que sumarle los gastos de alimentación, vestuario, viajes, transportes y tantos más privilegios que obtienen de otras fuentes.

En otras palabras, lo que perciben se va lí­quido a su cuenta de ahorro. Y hay algo más lastimoso, que mientras Pedro y la Marí­a se rompen el alma, de sol a sol, para devengar el salario mí­nimo de 56 devaluados quetzalitos diarios, los meros tatascanes se embolsan 90 veces más tan solo por andar del tingo al tango en reuniones, diálogos, eventos, conciliábulos y celebraciones que a la postre, siguen sin rendir mayores resultados positivos para la nación. Por ello insisto en decir que lo más importante no son los sueldos de quienes ocupan las más altas magistraturas, sino redituar el monto con más y mejores resultados. Solo así­, la población se va a poder quitar de la mente que los 7 millones que se llevan de ahorro al final de su mandato fue dinero mal habido.