El sucesor del «Gordo Paredes»


Jorge Mario Paredes, fue capturado el pasado jueves en Honduras e inmediatamente extraditado a Estados Unidos.

Según el Servicio de Análisis e Información Antinarcótica (SAIA), luego de la captura de Jorge Mario Paredes, alias «el Gordo Paredes», su hermano continuarí­a con las transacciones de droga realizadas dentro del paí­s.

Gerson Ortiz
lahora@lahora.com.gt

«El Gordo Paredes» es considerado uno de los capos del narcotráfico y el más buscado por los Estados Unidos; fue testaferro de Otto Herrera y ha sido, según investigaciones, relacionado con el cartel del Golfo en México.

Pedro Garcí­a, director del SAIA, declaró que «es un familiar de él (Jorge Mario Paredes); es un hermano», expresó en la entrevista. Sin embargo, no especificó el nombre: «no sé si es hermano legí­timo o medio hermano, pero es de apellidos Orellana Paredes», agregó..

Según Garcí­a, el hermano del recién capturado habrí­a asumido las transacciones de droga desde que se hizo pública la orden de extradición y la orden de captura internacional; y que los movimientos de droga que éste harí­a serí­an hacia México, especí­ficamente al cartel del Golfo, al que también está vinculado Herrera.

Por parte del Ministerio Público, Giovanni Castro, jefe de la Fiscalí­a contra la Narcoactividad, no respondió a las múltiples llamadas efectuadas a su teléfono móvil para confirmar la información vertida por el jefe del SAIA.

Traficante guatemalteco

«El Gordo Paredes» es originario de El Progreso, tiene 41 años y pesa aproximadamente 230 libras.

Según las investigaciones, este pasaba buena parte de su tiempo en Belice y otros paí­ses de Centroamérica en menor medida; además tení­a conexiones con el cartel del Golfo y sus funciones incluí­an negociaciones con Honduras, Costa Rica, Panamá y otros paí­ses del Istmo; eso para llevar la droga hacia México y Estados Unidos.

En mayo del 2005 Estados Unidos pidió a Guatemala la aprehensión de Paredes, por estar sindicado de conspiración para importar y distribuir drogas hacia ese paí­s y ofreció US $ 5 millones de recompensa.