El sube y baja del Gobierno


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Según se puede comprobar, en base a las informaciones públicas sobre la canasta básica, el costo de vida y la delincuencia, en estos primeros seis meses del segundo año de Gobierno, se han incrementado sustancialmente, ello implica que la gran mayoría de los guatemaltecos, la clase media, los trabajadores y quienes viven del autoempleo cada día más se acercan a quienes viven en pobreza y en extrema pobreza, también han aumentado los asesinatos, los robos y la delincuencia.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Los precios de huevos, carne de pollo, harinas, carne de res y otros productos se han incrementado, no así los salarios en general, especialmente los salarios mínimos y la bonificación, lo que implica que la mayoría de los asalariados trabajan igual, ganan menos y por consiguiente sus esposas pueden adquirir menos productos para el hogar, lo que conlleva un fracaso del gobierno en especial del Ministerio de Economía que encabeza Sergio de la Torre, quien continúa viajando y hablando que los planes y acciones que él y sus patronos de la supercúpula económica incrementarán la riqueza en Guatemala, riqueza que continúa encontrándose concentrada.

A ello hay que agregarle que la clase media es cada día más presionada con los impuestos, a todos se les incrementó el Impuesto de Circulación de Vehículos, el Impuesto Sobre la Renta y si son poseedores de acciones se les impuso el respectivo impuesto sobre el pago de dividendos que en la mayoría de los casos complementaban su presupuesto de ingresos y egresos que les permite el pago de estudios, salud y bienestar social.

Por el contrario, siguiendo la misma actitud que los dos gobiernos anteriores, los salarios mínimos no se han incrementado ni siquiera para igualar la inflación oficial, lo mismo ha acontecido con la bonificación salarial que lleva más de diez años de no ser actualizada.

El Presidente y Vicepresidenta de la República deben cambiar su actitud, no deben olvidarse que ellos fueron electos por una mayoría relativa, que representan la unidad nacional y que esa mayoría no está siendo representada y servida, deben sustituir al Ministro de Economía que no produce ni funciona para la mayoría de los guatemaltecos, lo mismo se le aplica al Ministro de Trabajo.

Lo que sí aumenta permanentemente es la criminalidad, lo que hace que se produzca insatisfacción, inestabilidad y convierte al país en un lugar poco atractivo para la inversión. Qué lejos estamos de los índices de vida de Chile, Perú, Colombia, Panamá e incluso de Costa Rica.

Los próximos seis meses de gobierno serán determinantes y si la clase media no se aumenta y por el contrario la pobreza y la extrema pobreza continúan incrementándose, no importa cuál sea el discurso oficial, la triste realidad será que Guatemala y la mayoría de sus ciudadanos se encontrarán en un franco declive.

Pretender que individual o colectivamente las personas o entidades que concentran la riqueza acepten y reconozcan por sí solas que la paz y la prosperidad, el desarrollo y progreso del país implica mejores condiciones salariales, un razonable precio en la canasta básica, es una utopía; sin embargo, un gobierno que represente y sirva a todos los guatemaltecos está en la obligación de que el bienestar material y económico sea para todos.

De qué nos sirven que existan comisionados presidenciales y ministros que provengan de propuestas de la supercúpula empresarial si estos no comprenden o, peor aún, no logran que se reduzca la desnutrición de nuestros niños y se cumpla con los satisfactores mínimos de los trabajadores y mano de obra del país.
¡Guatemala es primero!