«Llevarlos o no llevarlos» en un primer momento, «ponerlos o no ponerlos» en el Mundial parece ser la cuestión que se plantearán muchos técnicos frente a estrellas tocadas que llegarán con lo justo al debut de Sudáfrica-2010, reviviendo el síndrome «Zidane-2002».
La lista de jugadores que están entre algodones y dan vuelta por la cabeza de sus entrenadores es larga y molesta.
Fernando Torres, Cesc Fábregas, William Gallas, Mauro Camoranesi, Humberto Suazo, Harry Kewell y Guille Franco son sólo algunos de los hombres clave en los esquemas de sus seleccionadores, que deberán sopesar el agregado que les da tenerlos en campo contra el hecho de no disponerlos al ciento por ciento.
En un torneo corto en que hasta los más mínimos errores o ventajas son aprovechadas por el adversario, incluir a un futbolista sentido implica correr un riesgo alto, incluso pensando en el transcurso total del campeonato.
Francia sabe muy bien lo que significa ello.
En 2002, cuando llegaba al Mundial asiático como máximo favorito, en la recta final «Zizou» sufrió un desgarro en un muslo que prácticamente lo marginó, pero el técnico Roger Lemerre lo llevó y lo terminó poniendo en el último duelo de primera ronda, sin milagro.
Aquella mala pata del ex Real Madrid, mejor jugador del planeta por aquel entonces, fue bautizada por la prensa como síndrome «Zidane-2002».
Casualmente, los «Bleus» han repetido esa historia en la Eurocopa-2008 con su capitán Patrick Vieira y parecen revivirla con su líder de la zaga William Gallas, aquejado por lesiones el último tramo de este año en el Arsenal.
En la actualidad, España es una de las selecciones que más está sufriendo el castigo de la enfermería.
Fernando Torres, con problemas en una rodilla, tiene preocupado a Vicente del Bosque, pese a que el «Niño» afirmó que «no para el inicio del Mundial, sino mucho antes podré estar al 100%».
«Lo importante es que ese día (del debut) esté bien. No vamos a tomar riesgos», comentó Del Bosque, quien a su vez se mostró «contento con la evolución de Iniesta, que llevaba dos meses sin jugar».
Cesc Fábregas afirmó que «ya está recuperado» de la fisura de peroné que le quitó el último tramo de la temporada con los Gunners, aunque ahora deberá tomar rodaje para llegar al nivel internacional de un Mundial.
Por su lado, el seleccionador de Australia, Pim Verbeek, comprende que no tiene muchas opciones y lleva a Harry Kewell, uno de los hombres con mayor experiencia que arrastra un problema muscular en aductores.
«Los médicos y el propio Harry me informaron que estará bien. Aún tenemos margen para el primer partido contra Alemania (13 de junio), así que no estamos preocupados», señaló Verbeek.
Su homólogo italiano, Marcello Lippi, quiere contar con Mauro Camoranesi, a pesar de que el volante de la Juventus arrastra una lesión en su pierna izquierda.
Marcelo Bielsa se arriesga a llevar a su goleador de eliminatorias Humberto Suazo, pese a que sufrió un desgarro de 2,5 milímetros en la pierna izquierda y que le haría perderse los dos primeros partidos del grupo H, según los especialistas.
«Se le va a extrañar, porque en este esquema es Suazo o Suazo. Pero tampoco es para decir que ahora perdemos todo», dijo Marcelo Salas, comprendiendo por qué el «Loco» igual lleva a «Chupete».
En México, Javier Aguirre tendrá los mismos problemas con Guille Franco, en duda por una lesión en un dedo de un pie y en Inglaterra Fabio Capello con su volante Gareth Barry, por quien se inclinó para dejar fuera a Theo Walcott pese a no tenerlo al ciento por ciento.
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