¿El siglo Neokitsch?


El kitsch es un fenómeno social universal, permanente; de gran envergadura es un fenómeno connotativo, intuitivo y sutil; es uno de los tipos de relación que mantiene el hombre con las cosas, un modo de ser, más que un objeto o aun, un estilo.., Moles, Abraham (1990) El kitsch, España: Ediciones Paidos.

Ramiro Mac Donald
http://ramiromacdonald.blogspot.es/

Desde que leí­ estas palabras, me quedó la sensación de estar frente a una de las obras que más habrí­an de impresionarme en la vida, en la ciencia semiológica. Y lo fue. Escrito por uno de los más brillantes exponentes franceses de la intelectualidad del siglo pasado, ingeniero acústico, sociólogo, semiólogo, filósofo y un largo etcétera, este libro impactó mi consciencia cuando entendí­ que la función de las ciencias sociales era reflexionar sobre la imagen del mundo en que estamos destinados a vivir y enfoqué mi vida académica con dicho propósito.

La psicologí­a de la vida social tendrá que orientar su estudio hacia las relaciones del individuo con las cosas, puesto que estas cosas son productos sociales, afirmaba con toda claridad Moles. Y señalaba que era lí­cito, denominar cultura a este ambiente artificial que se creó por el hombre por medio del cuerpo social. En estos diez años del siglo XXI, estas frases cobran una realidad indiscutible, al volverlas a releer con un poco más de madurez.

Ese ambiente en que vivimos, está compuesto por tres elementos que Moles identifica con toda claridad como decorado artificial de (1) plástico, (2) acero y (3) vidrio. Estos elementos ocupan nuestra vida como objetos cotidianos (la casa o la ciudad), y como las imágenes de las comunicaciones masivas, integrando un espacio psicológico tan grande, que la existencia misma de la verdadera naturaleza deberá cuestionarse legí­timamente. Porque también hay naturaleza artificialmente creada, recuerda Moles (seguramente imaginaba ya la realidad virtual, unos diez años antes de ser lanzada).

En tanto, los estudios de las relaciones entre los hombres y la sociedad, deberán ocuparse en forma pertinente, haciendo correspondencias entre los mediadores de esa sociedad contemporánea, y el hombre. Esos mediadores, que Moles califica de Ccascarones espaciotemporales de la vida cotidiana. Estos mediadores y los mensajes que enví­an, son los signos del lenguaje y las imágenes televisivas y del cine (hoy también de la computadora) que no son más que uno de los aspectos importantes.

Y son tan relevantes porque representan una enorme cantidad de presión que ejercen sobre los receptores masificados, a tal grado que el fenómeno es producir una cultura consumidora, cuya idea principal es la aceleración del circuito, con lo cual esta sujeción altera el valor de todas las cosas.

De allí­, Moles habla de ese modo de relacionarnos con las cosas del mundo actual: apropiarnos de los objetos, usarlos como fetiche (coleccionarlos) o como inserción, para decorar un conjunto; utilizarlo como cosa estética o como un objeto nada más transitorio en nuestras vidas, para desecharlo; como una alineación posesiva, que transforma a los hombres en prisionero de los objetos o como una actitud kitsch: una especie de mezcla de todos los anteriores, que caracteriza a una forma social que surgió en el siglo XIX, con el nombre de cultura burguesa pero que bien se puede aplicar, con un nuevo nombre, a este siglo nuestro de globalizante cultura consumidora.

El Neokitsch es, pues, la alineación contemporánea. ¿No sintió un poco esa sensación de desencanto durante estos últimos dí­as, en que el mal gusto imperó por todos lados?, ¿No sintió respirar Neokitsch a toda hora, en todo lugar? ¿Será el siglo XXI el más kitsch de la historia de la humanidad? Consumir es la nueva alegrí­a masiva