Latinoamérica ha sumado unas 140 mil nuevas infecciones por el VIH y 65 mil muertes por sida en 2006, según el informe de la ONU difundido este martes, que reseña una estabilidad de las epidemias en el conjunto de la región.
Dos tercios de los 1,7 millones de seropositivos diagnosticados en Latinoamérica viven en los cuatro países más grandes: Argentina, Brasil, Colombia y México. Sin embargo, la prevalencia estimada del VIH es máxima en los países más pequeños de América Central, apunta el documento.
La transmisión del VIH se produce por factores comunes a la mayoría de países latinoamericanos, destaca el informe: «pobreza y migración generalizadas, información insuficiente fuera de las grandes zonas urbanas y homofobia galopante».
Concretamente, dice, «el papel de las relaciones sexuales sin protección entre varones tiende a negarse e ignorarse públicamente en las estrategias para afrontar el VIH, sobre todo el América Central y la región andina de Sudamérica».
Las relaciones sexuales sin protección entre varones «representan hasta el 25-35% de los casos de sida comunicados en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Guatemala y Perú», indica el informe, que denuncia la existencia de «estigma y discriminación, incluso por parte de los trabajadores sanitarios».
Los niveles de infección por el VIH varían mucho entre las profesionales femeninas del sexo, de muy baja en países como Chile y Venezuela a alta en ciudades de Argentina o ciertas partes de Brasil, señala el informe.
En Brasil, unas 620 mil personas viven con el VIH, un tercio del total de infectado en Latinoamérica, precisa el estudio de la ONU, cifra estable estos últimos años gracias a la labor gubernamental de prevención y tratamiento.
El informe destaca el aumento espectacular del uso del preservativo entre los brasileños de todas las edades y la disminución de la inyección de drogas, aunque sigue siendo considerable y en el sur «no da indicios de retroceder».
Los niveles de infección se asocian de forma significativa, según el informe, a factores como la cárcel, las relaciones sexuales sin protección entre varones -casi la mitad de las infecciones y en una cuarta parte «como forma de pago» de drogadictos- o el consumo de «crack» en ciudades como Porto Alegre.
Un tercio de adultos brasileños se ha sometido a la prueba del VIH, la mayoría mujeres, «el suministro de antirretrovíricos es uno de los más altos del mundo y está dando resultados positivos», indica el informe.
En Argentina, la mayoría de las 130.000 personas afectadas por el virus vive en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Hasta el 44% de consumidores de drogas intravenosas son seropositivos, al igual que un 28% de reclusos de algunas prisiones urbanas. Las relaciones sexuales sin protección son el principal modo de transmisión de la epidemia en Argentina (cuatro de cada cinco casos nuevos en 2005).
Los adictos a las drogas inyectables tienden a fumar pasta de cocaína de grado bajo, más barata, y la clandestinidad prevalece ahora entre los consumidores, que «no se han beneficiado lo suficiente del programa de tratamiento antirretrovírico del país», según el documento de la ONU.
Uruguay contaba con unos 9.600 seropositivos a final de 2005. Las relaciones sexuales sin protección sobre todo, relaciones homosexuales masculinas y consumo de drogas intravenosas y no inyectables son los principales factores de extensión de la epidemia.
En Paraguay, unas 13.000 personas vivían con el VIH a final de 2005, la mayoría varones. Exposición a equipos de inyección no estériles y relaciones sexuales sin protección entre varones son los principales modos de transmisión, apunta el informe.
También las relaciones sexuales sin protección, especialmente entre varones, son el principal factor de riesgo en Chile, que tenía unos 28.000 seropositivos al final de 2005, entre ellos un número creciente de mujeres, contaminadas muchas por parejas masculinas infectadas en relaciones homosexuales, indica el informe de la ONU.
En Perú, el VIH «parece afectar principalmente a varones que tienen relaciones sexuales con varones» en media docena de ciudades y la capital. El informe señala que, según una encuesta, «47% de varones que tenían relaciones sexuales con varones también las tenían con mujeres».
En Bolivia, Ecuador y Colombia, las relaciones sexuales masculinas son asimismo el principal factor de riesgo de infección del VIH, como en Venezuela, donde la mayoría de las 110.000 personas contaminadas son varones.
Aunque incompletos, los datos manejados para el informe indican que las epidemias en América Central están creciendo y «las prevalencias en algunos países son las más altas de toda Latinoamérica».
El documento de la ONU señala las relaciones sexuales entre varones y el comercio sexual como principales factores de riesgo en la región, y advierte de la existencia de «epidemias ocultas de VIH» entre varones homosexuales en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá.
En Guatemala, el informe señala la presencia generalizada del VIH entre la población indígena, principalmente maya, aunque no necesariamente a niveles más altos que entre la población ladina (mezcla de amerindio y español).
En Honduras (63.000 seropositivos a final de 2005), la epidemia parece especialmente grave entre las minorías étnicas, como los garifunas, descendientes afrohondureños de esclavos de Africa occidental. De hecho, la infección se ha propagado por todo el país, con niveles máximos entre varones homosexuales, prostitutas y reclusos, indica el informe.
En México (180.000 infectados en 2005), la epidemia se concentra entre varones homosexuales (57%), profesionales del sexo y sus clientes y consumidores de drogas intravenosas.
«También hay constancia de una propagación significativa del VIH en zonas rurales del país, y la migración (incluida la que se produce entre México y los Estados Unidos) parece ser un factor contribuyente», concluye el informe.