
1) ¿De dónde procede la imagen del Señor Sepultado? En la narración de 1960 se menciona vagamente que la procedencia de esa imagen era el templo parroquial de N. S. De Los Remedios; es cierto que en dicha sede parroquial existió una imagen de Señor Sepultado muy tradicional, sin embargo después de 1780 no vuelve a saberse de ella nunca más, y algo muy importante, era una imagen tamaño mediano, es decir de aproximadamente una y media varas de estatura, es decir unos 1.20 a 1.40 metros, lo cual no coincide con la obra escultórica del Señor Sepultado que es tamaño de una persona normal o como diría el cronista franciscano Fray Francisco Vázquez en su obra «Vida y Virtudes del Hermano Pedro de San José Betancur» de «estatura perfecta de hombre»; por lo que se concluye que su verdadera procedencia es el Calvario de Santiago Capital del Reino de Guatemala y trasladada al nuevo asentamiento después de la ruina de 1773. No se tiene noticia que la imagen del Señor Sepultado haya sido sustituida o perdida en el siglo XIX y menos en el siglo siguiente. Una aclaración mas, la actual imagen de Señor Sepultado existente en el Calvario antigí¼eño no es original de ese templo sino llegó procedente del pequeño pueblo de Santa Isabel, esta información la proporciona el cura párroco Don Juan Vives en su inventario de bienes del Calvario correspondiente al año 1866, lo cual igualmente confirmó el arzobispo Don Bernardo Piñol en su visita pastoral a la parroquia de N. S. De Los Remedios de La Antigua Guatemala.
2) ¿Fue el escultor Pedro de Mendoza quien talló la imagen? Esta aseveración sin dato concreto que vinculara imagen y escultor también se divulgó a partir de la década de 1960; en realidad el escultor Pedro de Mendoza es mencionado por el religioso Fray Antonio de Molina en su obra «Memorias de Fray Antonio de Molina» transcrita por Jorge del Valle Matheu en 1943, Fray Antonio expone un dialogo entre el escultor Mendoza y el Santo Hermano Pedro, por lo que esa información unida a la intensa vinculación del Santo con el Calvario hizo posible que esas dos informaciones fueran relacionadas circunstancialmente, habrían de pasar muchos años hasta que en 1995 la Sección de Bienes Muebles del Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala intervino con fines de conservación la imagen de un Cristo Crucificado de grandes dimensiones la cual se encuentra en el Calvario antigí¼eño, en ese proceso le fueron hallados dos documentos con importante información histórica, destacando en ella que el escultor de ese Crucificado era Pedro de la Rosa -siendo éste quién escribió esos documentos- y para el año de 1757 se estrenaría la obra escultórica referida, agregando el indicado de la Rosa que de sus manos era un «Santo Sepulcro», es decir de un Señor Sepultado que estaba en el Calvario; hubo que esperar algún tiempo más para completar la información que permitió analizar estilistamente ambas imágenes, Crucificado antigí¼eño y Sepultado Capitalino y por otro lado la escritura letra por letra de Pedro de Mendoza, del cual sólo se conoce su firma en documentos legales, y la escritura de Pedro de la Rosa del cual se tienen los dos documentos hallados en el Cristo Crucificado referido. En relación al análisis estilístico fue posible determinar que ambas imágenes presentan interesantes filiaciones básicamente a nivel de detalles como son orejas, tallado de barba, torso, dedos de pies entre otros aspectos comparados, a pesar que, de acuerdo a lo vertido por Víctor Miguel Díaz en su obra «Las Bellas Artes en Guatemala» escrita en 1934, en el caso del Señor Sepultado esta imagen fue intervenida en el año 1925 a nivel del rostro por Manuel Montúfar, sin embargo ello no hizo desaparecer aquellos rasgos que hicieron posible establecer la filiación, por lo que ambas imágenes se considera son del mismo autor. El estudio de la escritura de ambos personajes hizo posible igualmente evidenciar que al parecer fue una misma mano la que escribió ya como Pedro de Mendoza y como Pedro de la Rosa, por lo que se infiere que Pedro de Mendoza usó un seudónimo para efectuar las anotaciones en los documentos del Cristo Crucificado, esto sin duda para no vanagloriarse a través de esta obra escultórica, siendo su nombre verdadero el de Pedro de Mendoza el cual aparece escrito de esa manera en escrituras públicas. Una voz popular surgida en 1960 básicamente basada en asociaciones de datos aislados fue posible contrastarla mediante el hallazgo de documentación confiable hallada en el Cristo Crucificado antigí¼eño, siendo por lo tanto una feliz circunstancia que mediante el mencionado estudio cobró sólido sustrato esa atribución.
3) ¿El Santo Hermano Pedro conoció y veneró la imagen del Señor Sepultado? En efecto, el Santo Hermano Pedro, morador en el Calvario conoció esta imagen y le rindió veneración por años, sobre este particular el mencionado cronista Vázquez expone un relato donde refiere el portento de la aparición de la Virgen María al Santo, hecho acaecido en la capilla del Sepultado en el Calvario, que es una versión mas antigua a la existente hoy día, estando en esa capilla la imagen del Señor Sepultado y una escultura de Virgen de Dolores, enfatizando el Cronista que la aparición portentosa en medio de gran luminiscencia de la Virgen sucedió teniendo presentes ambas esculturas.