El Real Madrid volvió a deslumbrar ayer con una goleada, la cual le vino como caldo de pollo para levantar el ánimo, tras la derrota contra el Lyon en la Liga de Campeones. Seis goles se antojaron pocos para un partido en que el conjunto blanco gustó. Pero, pese a la gran potencia ofensiva, el verdadero secreto del Madrid estuvo y ha estado en la defensa.

¿Recuerda cuándo fue la última vez que la defensa del Madrid se mostró sólida? Habrí­a que remontarse a varios años atrás, cerca del retiro de Fernando Hierro de la defensa. El entonces capitán merengue habí­a hecho una promesa a Florentino Pérez: «Ficha a un central y yo lo dejo enseñado». El presidente madridista, con más simpleza que buen ojo, le dijo: «Ahí­ tienes a (Francisco) Pavón», y Hierro se encargó de adiestrarlo.

Hoy dí­a, Pavón se encuentra en el Zaragoza, con pocos partidos disputados (19 en los últimos dos campeonatos). Hierro se retiró en el 2003 y, desde entonces, 25 defensas centrales han probado suerte.

El caso de Pavón ya se sabe cómo terminó. Probó Mejí­a, probó el argentino Walter Samuel, probó Woodgate e, incluso, Cannavaro, tras haber sido catalogado el mejor jugador del pasado Mundial. Pero nadie dio la talla. Incluso, tras llegar como grandes estrellas, pasaron sin pena ni gloria y la Presidencia de los blancos debió deshacerse rápido de ellos.

Fue hasta que llegó Pepe, el portugués que llegó en el 2007 a 30 millones de euros (considerados entonces como «exagerados»), que el Real encontró un central sólido. Actualmente, Pepe se encuentra lesionado hasta final de temporada, pero, sin duda, Pepe realmente es el que ha inspirado a una defensa que va rotando por las necesidades del equipo, pero que, en conjunto, ha recibido sólo quince en 22 partidos, es decir, un promedio de 0.7 goles por partido, el mejor registro desde 1988.

«Pepe nos ha facilitado las cosas. Ser central en el Madrid en los últimos años se habí­a convertido en algo maldito. La llegada de Pepe y su rendimiento nos ha facilitado las cosas porque nos ha quitado presión», reconoce Garay. «Estar al lado de Pepe es el mejor método de aprendizaje. A mí­ me ha ayudado a ser más contundente», ha confesado Albiol.

Por las necesidades de las lesiones y los partidos de la temporada, Pellegrini ha tenido que utilizar a seis parejas de centrales. Pero eso no importa. Pepe era uno de los pilares, pero Albiol, Garay y Sergio Ramos han sabido rotar funciones en el centro de la defensa.

Y, el gran beneficiado ha sido íker Casillas, que ahora sale como capitán madridista, quien antes era el eterno salvador del cuadro merengue, y que ahora interviene sólo una vez cada media hora, que lo convierte en un mero espectador del partido.

Uno de los factores que ha favorecido a esta defensa es la competitividad entre Albiol, Garay y Sergio Ramos: «El mí­ster pone a quien cree conveniente en cada partido y al haber tanta competitividad se ha creado una buena dinámica porque cada uno intenta hacer lo mejor posible para demostrar que tiene sitio en el equipo», explica Ramos, quien se ha convertido en el cuarto capitán del Madrid (segundo, en realidad, si se toma en cuenta la poca participación de Raúl y Guti en el terreno de juego).

Otro de los factores es que estos tres jugadores provienen de la Liga española y no de ligas extranjeras, como fue el caso de Cannavaro y Samuel. En España, la marcación se hace sobre todo en el medio campo, mientras que en el calcio italiano se hace hasta atrás. De esa forma, los volantes de contención, Lass y Xabi Alonso, se dedican a destruir juego desde la salida.