Insistir es, luego de caer por el peso de los problemas y de morder el polvo de la derrota, contemplar desde allí­ abajo las alturas infinitas y, después, levantarse con el ánimo redoblado.

Insistir es continuar presentando el rostro a una descarga de golpes de la vida, y soportar ese cruel castigo por un minuto más, mientras se sacan fuerzas de la debilidad.

Insistir es darse una segunda oportunidad para demostrar que, realmente, en el alma domina el indoblegable deseo de realizar un ideal y que éste bien vale cualquier esfuerzo.

Insistir es oponer resistencia a todo aquello que quiera terminar con nuestras convicciones y anhelos.

Insistir es comenzar de nuevo y con más ánimo.

¡Insistir es el único pasaporte para llegar a la ciudad del éxito!